miércoles, 28 de febrero de 2018

Mi burbuja personal


     Hace ya unos cuantos años, en un taller de comunicación y habilidades sociales al que asistí como alumno, utilizaron esta metáfora para referirse al espacio personal alrededor de cada persona, que no se ve pero es básico para el buen funcionamiento de las relaciones sociales: la burbuja personal. Todos la tenemos aunque nunca hayamos pensado en ella y no suele tener forma de burbuja, pero la metáfora es muy visual y a mí me resulta útil. Se trata de ese espacio de aire que sirve de barrera y límite entre cualquier persona de mi entorno y yo mismo, es ese espacio que me hace sentir cómodo en la relación siempre que no sea traspasado.

     Cada persona tenemos un tamaño de burbuja distinto, su medida es el resultado de nuestra socialización, experiencias, valores… y podrá variar de tamaño a lo largo de la vida. Algunos tendrán una burbuja enorme y otros quizá la tengan tan pequeña, que esté pegada a la propia piel. Y la mayoría la tendremos como los penes: tamaño medio.

     ¿Cómo funciona? Muy simple, imaginaos que cada persona va por el mundo con esa burbuja visible, como si fuera una pompa de jabón alrededor de nuestro cuerpo. Si alguien la atraviesa (con un brazo, una mano, una pierna o con la cara) romperá  la burbuja y me hará sentir incómodo.

     La burbuja también cambia de tamaño en función de con quién nos estemos relacionando: familiares cercanos, amigos, conocidos o personas con las que nos cruzamos por primera vez en la vida, con quienes la mayoría mantenemos una distancia mayor. Luego está la pareja, afectiva o sexual, con la que esta burbuja llega a desaparecer. Y también varía en función de cómo se atraviese, quizá que me toquen el brazo con una mano no me moleste, pero que me hablen demasiado cerca, haciéndome sentir el aliento, sí me resulte incómodo.

     Este espacio es muy importante en la comunicación, hay personas que tienen la costumbre de tocar a su interlocutor, pues para ellas es una forma de expresión. Al mismo tiempo hay personas que se sienten violentas cuando les tocan, porque su burbuja es más grande y gruesa. Lo recomendable es ser prudente, conocer un poco a las personas con observación y tiempo, y posteriormente decidir si tocarles es una buena idea.


     Supongo que en este punto entendéis a dónde me quiero dirigir, pues esto es un blog nudista y lo que aquí se escribe de un modo u otro ha de tener relación con el nudismo. ¿Qué ocurre con mi burbuja personal cuando estoy desnudo junto a otras personas? Porque cuando estoy en la ducha o en la cama durmiendo sin compañía la burbuja no tiene ninguna relevancia, sólo entrará en juego cuando estemos practicando una de nuestras aficiones favoritas: el nudismo social.

     ¿Qué pensáis que ocurre con nuestra burbuja personal cuando estamos desnudos? ¿Es del mismo tamaño? ¿Funciona de la misma forma?

     Para mí es un tema fundamental y no sé si lo hablamos de manera habitual. No es lo mismo, por ejemplo, abrazarse cuando llevamos ropa que cuando el único vestido es nuestra propia piel, aunque el tema de los abrazos lo dejaré para otra entrada, que tiene miga. Tampoco es lo mismo cuando estamos varias personas desnudas en un espacio reducido, por ejemplo, en la cocina preparando una comida, y los roces que se producen podrían incomodar a alguien.

     Yo pienso que el contacto físico con las personas que apreciamos es una forma más de comunicación, nos ofrece cercanía, nos conecta y al mismo tiempo es signo de confianza, pero también nos cuesta romper o estrechar la burbuja por miedo a incomodar al  otro o por la educación que hemos recibido. Quizá la clave está en lo que dije antes, en ser prudente y observar mucho antes de reducir el espacio con las otras personas, pero me interesa mucho conocer vuestra opinión: ¿os comportáis igual respecto a esta burbuja, vestidos que desnudos? Y el tamaño de vuestra burbuja ¿cambia o es exactamente el mismo?

Eladio

domingo, 25 de febrero de 2018

El disfraz de la ropa


El hombre, a diferencia del resto de los animales, es capaz de vestirse y disfrazarse conscientemente. 
 
En su evolución, el hombre utilizó la vestimenta para protegerse de condiciones climáticas adversas, pero actualmente, además de elemento de abrigo, se puede utilizar como una forma de demostrar la pertenencia a un determinado grupo, como puede ser una profesión, categoría social, estado civil, orientación sexual,… transformándose en un disfraz que lo diferencia y lo posiciona dentro de un determinado contexto social o cultural. 


Así pues, la ropa es nuestra segunda piel, pudiendo revelar y reflejar nuestro ser más íntimo o por el contrario disfrazarlo y encubrirlo. En la sociedad actual muchas de nuestras opiniones de las personas que no conocemos parten de su imagen y en ella la vestimenta tiene mucho que decir. Pero ¿podemos suponer que nuestra opinión de esa persona según la imagen que de ella vemos, coincide con la realidad? Si esa persona se desvistiera ¿seguiríamos pensando igual de ella o por el contrario rompería nuestros esquemas si viéramos tatuajes, piercings, cicatrices o michelines inesperados escondidos bajo su ropa?

Os dejo el siguiente enlace donde podréis ver una serie 33 de personas vestidas. De ellas nos dicen su nombre, edad, dónde trabaja, sus hobbies y el país de donde es. Si pones el cursor sobre ella, la persona se “desnuda”. 

Os reto, primero a ver a la persona, después, sin leerlo previamente, intentar averiguar su edad, su profesión, sus hobbies, después imaginarla desnuda y por último comprobar si la idea que de ella os habéis formado coincide con lo que es o no.

Si  aceptas el reto y quieres probar, pulsa AQUÍ


Nakedu

viernes, 23 de febrero de 2018

Breve presentación


     Érase una vez un niño tímido que tenía miedo a ir al médico y que le pidiera desnudarse para cualquier tipo de exploración. La extrema timidez de este niño no se limitaba al cuerpo, el sólo hecho de hablar era un reto para él. Incluso de adolescente desarrolló una molesta tartamudez que limitaba sus relaciones hasta límites poco saludables, tenía que pensar lo que iba a decir, ensayarlo mentalmente y posteriormente decirlo: ¡mierda, tartamudeando igual!


     En su sola compañía se encontraba mucho mejor, sin nadie que le pudiese juzgar. Y en esa soledad descubrió que desnudo se sentía mejor, necesitaba despojarse de todas las ataduras que encontraba en sociedad.

     Ese niño sigue dentro de mí, aunque hoy sea un adulto que disfruta del nudismo social y me haya olvidado prácticamente de la tartamudez temporal que me amargó durante unos años. Hoy soy feliz conociendo gente nueva, hablando con ellos y me desnudo sin pudor, aunque sigo disfrutando mucho de mi soledad elegida, sobre todo si estoy desnudo.

     Con el tiempo me atreví a hacerlo en público, con la compañía de mi pareja (él ya lo había hecho alguna vez) y la sensación de haber perdido muchos años, porque el placer y la libertad que se experimentan son tan intensos que sólo un nudista que comparta esta experiencia puede llegar a comprenderlo.

     Hoy el nudismo ocupa una  posición importante en mi vida, tengo amigos nudistas, hago planes nudistas, vacaciones, fines de semana, actividades y rutas nudistas. Bueno, no tantas como quisiera, vivo en el interior, pero lo hago siempre que se presenta la oportunidad, varias veces al año. En último término queda el refugio de mi hogar para liberarme de las telas y costuras, aunque cualquier nudista que me lea sabe que no es lo mismo.

     Internet es un medio que me ha acercado a otros nudistas, por eso creo que es interesante potenciar los espacios en los que hablemos de nudismo y creo que de esa necesidad surge este blog, veremos hasta dónde nos lleva.

     ¡¡Nos leemos!!

Eladio

jueves, 22 de febrero de 2018

Algo sobre mi.


Antes de hablar quisiera decir unas palabras.
Esto lo dice un amigo mío a la hora de los brindis, yo antes de comenzar a escribir quisiera decir algo también.  Es un placer formar parte de este nuevo proyecto, espero estar a la altura de mis compañeros y así entre todos hacer un espacio ameno, divulgativo y donde podamos expresar libremente nuestras ideas respecto del nudismo y esta forma de ver la vida que muchos compartimos.

Yo creo que siempre he sido nudista, pero al principio no lo sabía, como muchos aprovechaba el estar solo en casa para andar desnudo, salir al jardín y tomar el sol sin ropa, era una mezcla de placer y de rebeldía. Quitarme el pijama ni bien meterme en la cama fue cotidiano desde que era un chaval, pero claro estas cosas no las relacionaba con ser nudista, ni me imaginaba que otras personas pudiesen hacer lo mismo que yo.
Con 20 años un día de verano con los amigos en una playa casi paradisíaca, desierta y donde habíamos ido a pasar el fin de semana en tiendas de campaña a alguien se le ocurrió decir: Nos bañamos desnudos ? unos más pudorosos que otros fuimos siguiendo la broma y al final acabamos todos bañándonos sin ropa. Una fecha para recordar, la primera vez que sentía la sensación del agua, la arena, el sol en todo mi cuerpo, guau !! De más está decir que al día siguiente repetimos.
En adelante cuando teníamos oportunidad de alejarnos de las playas más concurridas lo hacíamos y repetíamos aquella gracieta de bañarnos desnudos, pero en realidad seguíamos sin saber que eso era nudismo y que otra gente que no fuesen unos veinteañeros locos pudiesen tenerlo como modo de vida.

Pasó el tiempo, pasaron los veranos y cambiaron las circunstancias, ya con pareja y familia siempre alrededor era complicado desnudarme fuera de casa, donde nunca deje de hacerlo cada vez que tenía oportunidad, pero por este entonces seguía yo avanzando en mi escalafón de nudista. Ya no me importaba que algún vecino curioso pudiese verme en mi patio tomar el sol, ya sabía de la existencia de playas nudistas donde alguna vez nos escapábamos aunque mi pareja no fuese nudista.
Pero todavía quedaba mucho camino por andar, aquello era muy a nivel personal y doméstico. Llegó el momento en que apareció Internet y allí la información me inundó y me abrió los ojos a muchos lugares, descubrí los foros donde se debatía, se compartía información y nos contábamos nuestras experiencias.
Pero todo eso era virtual, quedaba dar el gran paso de las quedadas, conocer en persona gente que ya habíamos chateado durante mucho tiempo y con los que tenía mucho en común. Un grupo de internet me llevó a otro, un foro a otro y allí fui rodeándome de amigos con los que hoy comparto muchas más cosas que el estar desnudos.

Los proyectos como los de este blog son un ejemplo, viajes, reuniones en casa, rutas senderistas  y grupos de WhatsApp, son algunas de las cosas que compartimos, las charlas sobre nudismo y las formas de verlo de cada uno llenan nuestras reuniones. Ya en el grupo de amigos se han sumado las parejas, los niños y las niñas que crecen en ese entorno de naturalidad y que comparten con sus padres esta forma de vida sana.
En resumen, soy nudista y toda persona que me conozca lo sabe. Nunca he sentido el rechazo personal de nadie que me quiera bien. Aunque no compartan mi forma de vida, es verdad que el respeto es mutuo y no me gustan las situaciones incómodas para nadie.

Espero en esta nueva andadura compartir mis experiencias y que entre todos y todas podamos despejar las dudas que todavía pueda haber sobre esta forma de vivir.

Quique

¿Es ilegal pasearse desnudo en casa en Nueva York?

En España creo que tenemos claro que en tu casa puedes estar como tú quieras, pero en EEUU al parecer no está tan claro. Os dejo el siguiente artículo a ver que pensáis vosotros.

4 de Febrero de 2018

Un lector del diario estadounidense "The New York Times" llevó a cabo la consulta después de que un vecino le acusara de verle andar sin ropa en su propia vivienda.

 Alfred Hitchcock tenía una capacidad para inmortalizar de una manera fascinante en sus películas tendencias extrañas que tiene el ser humano, como la habilidad de observar a través de las ventanas la vida privada de una comunidad entera de vecinos. Lo hizo en de Rear Window (La ventana indiscreta en su traducción al castellano). Matteo Pericoli probó algo parecido más recientemente, en un libro de dibujos en el que conocidas figuras de la ciudad de los rascacielos describen lo que ven al asomarse por los cristales.


Los edificios están tan cerca los unos de los otros en Nueva York, que es fácil ver a los vecinos al otro lado de la calle o del patio interior tumbados en el sofá frente a la tele, cenando solos, cambiándose de ropa o haciendo incluso sexo con sus parejas en formas a veces imposibles. Esa habilidad de ver lo que pasa en el apartamento de un desconocido implica que los otros también saben lo que haces cuando estás en casa y se establece así una relación entre personas anónimas.
 
Tener contacto con gente extraña a través de la venta, de hecho, es una manera segura de relacionarse sin llegar a intimidar en una ciudad en la que todo transcurre a gran velocidad y en la que la vida de los apartamentos rota con una frecuencia de vértigo. Los más curiosos tiene prismáticos cerca para escapar de su aislamiento. Pero, ¿qué pasa cuando en esta fábrica de la vida que es la gran ciudad de Nueva York se rompe esa conexión con el compañero anónimo?.
La sección inmobiliaria del New York Times trataba de responder —este fin de semana— a la inquietud de un lector, que señalaba que un residente al otro lado del patio le estaba acusando de verle desnudo. “A mis 70 años no soy un exhibicionista”, asegura, “seguramente mi vecino me vio temprano por la mañana cuando voy a la cocina a calentar agua”. Precisa, de paso, que no enciende ninguna lámpara, y las ventanas tienen cortinas para cortar el paso a la luz.

Hay reglas en Nueva York de decencia que se aplican a los comportamientos que se tienen en las residencias privadas. El diario responde que se cruza esa línea cuando un vecino de manera intencionada se asoma a la ventana para mostrar sus partes al resto de la comunidad y lo hace con frecuencia. “Pero cuando uno va andando sin nada por su propia casa, no está quebrantando la ley”, explica, incluso si tu vecino se esfuerza por cazarte desnudo.

El desnudo, como señalan los abogados en el sector inmobiliario consultados por el rotativo para montar su respuesta, insisten en que “es algo bastante tolerado cuando vives en una ciudad tan densamente poblada como Nueva York”. Los edificios, sin embargo, tienen también sus propias reglas de convivencia en las que recuerdan que hay otros vecinos que no tienen por qué ver sus partes más íntimas. Un gesto de cortesía, concluye, puede ayudar a solucionar el problema.

Fuente del artículo El Pais, Mundo Global



miércoles, 21 de febrero de 2018

Nudismo en invierno


El cambio de hora para entrar en el horario de invierno se produce en España el último fin de semana de octubre. En esta ocasión, al entrar en el horario de invierno, se debe atrasar una hora el reloj, es decir, que anochece una hora antes.
¿Desde cuándo se hace?
La medida del cambio de hora se adoptó por primera vez durante la primera guerra mundial, cuando algunos de los estados implicados en el conflicto lo hicieron con la finalidad de ahorrar carbón. De todos modos, la primera vez que fue propuesto fue en 1784 por el político estadounidense Benjamín Franklin, padre fundador de los EEUU, cuando este era embajador en Francia. En aquella época era para ahorrar velas durante la noche.
 Actualmente, se hace por razones de ahorro de energía y consumo, para aprovechar más la luz del día.  Por estos motivos, la medida comenzó a implantarse de forma desigual a partir de 1974, a raíz de la crisis del petróleo y el encarecimiento energético que conllevó. 
En la Unión Europea se aplica como normativa desde 1981, una regla que se ha renovado cada cuatro años hasta el 2011, cuando entró en vigor la directiva europea 2000/84, que entre otras cosas unifica los días en los que se produce el cambio horario en los países de la UE. Estos son el último domingo de octubre para la entrada del horario de invierno y, para el de verano, el último domingo de marzo. Cabe recordar que el cambio del horario de verano al de invierno se aplica desde 1996 el último domingo de octubre, antes era en septiembre. 
¿En qué te afectará?
Al pasar al horario de invierno, se “gana” una hora de sueño, ya que a las 3:00 horas de la madrugada vuelven a ser las 2:00 horas. Esto produce un pequeño “jet lag”, afectando al sueño, al horario de comidas pudiendo afectar también negativamente al humor y al estado de ánimo.
¿Y al nudismo, cómo le afecta?
Y aquí era donde yo quería llegar. Al nudismo también le afecta de lleno. Por un lado, es a finales de Octubre cuando en el sur empieza a refrescar y a tener que abrigarte y por otro, al disminuir las horas de luz y anochecer antes, las posibilidades de poder desnudarte disminuyen drásticamente. Esto hace que se de el pistoletazo de salida a un largo y negro peregrinar textil ya que las posibilidades de estar desnudo son mínimas y la visión de esa larga espera hasta que, ya en primavera de nuevo se vuelva al horario de verano y a un clima más halagüeño. A mi personalmente me afectan mucho al humor y al estado de ánimo, invadiéndome una tristeza que me es difícil de sobrellevar.
Y entonces aflora desde mi interior el deseo de sentirme un “oso” para entrar en estado de “hibernación” y despertar ya de nuevo en primavera… y en temporada nudista. Pero como eso no es posible, trato de buscar alternativas en las que al menos, aunque sea puntualmente, pueda disfrutar de ratitos desnudos. 

¿Y qué es lo que hasta ahora he podido hacer?
Jacuzzi
Pues, aunque no son frecuentes, existen algunos spas que tienen algún día de la semana horario nudista, o hemos encontrado sesiones de spa privado… y por tanto nudistas, y de vez en cuando podemos disfrutar de esas sesiones de spa o de hammam desnudos. 


Jacuzzi

Otras veces cuando hace sol y gracias a que en el sur la temperatura no es nada extrema, he salido con algún amigo a hacer senderismo nudista.
Al principio de la caminata cuesta desnudarse pero, una vez vas entrando en calor el cuerpo te pide desnudarte y es muy agradable ir desnudos.  Para ello solemos irnos a lugares poco transitados, donde generalmente no nos encontramos a nadie… pero no es infalible. De ello podremos hablar en otras entradas.

Senderismo nudista 
¿Y el resto de días?... Pues a dormir desnudos, que es lo que nos queda.
Y tú, ¿cómo afrontas el nudismo en invierno?

Nakedu

martes, 20 de febrero de 2018

Mi yo nudista


Voy a presentarme y quiero contaros un poco sobre mí y como ha sido mi evolución en el nudismo.
Para empezar nací desnudo, como todos claro, pero nada más nacer, nos abrigan y nos empiezan a poner ropa. Nuestra vida en sus primeros años está dirigida por nuestros padres y nuestra familia. Poco a poco pasan los años y empezamos a tener nuestros propios gustos y opiniones. Recuerdo siendo niño cuando estábamos en la playa y dentro del agua nos quitábamos el bañador y la sensación tan agradable que tenía sintiendo el mar en mi culo blanco o en el inicio de mi pubertad, lo que me gustaba quitarme los pantalones del pijama en la cama cuando tenía calor. Y me sentía tan a gusto. Este quizás fue el inicio de mi yo nudista.
Después, ya adolescente, aprovechaba cuando estaba sólo en casa para estar desnudo. Era una sensación rara pero muy placentera. Caminar desnudo por toda la casa, comer desnudo o estudiar y ver la tele desnudo, pero siempre vigilante para que no te pillaran así si alguien de tu familia venía cuando no lo esperabas.
Una vez aquí, la casa se queda pequeña y empiezas a buscar información sobre playas nudistas, que es lo primero que pensamos como sitios para desnudarnos. En esa época no existían ni ordenadores ni internet, así que había que buscarse la vida para encontrar información. Soy de Málaga y en aquellos tiempos, hablamos de principios de los años 80, surgió la noticia del complejo naturista Costa Natura, y ese era el único lugar que conocía donde te podías desnudar en la playa, así que, cuando ya tienes carnet de conducir, te coges el coche y te pegas 90 km de carretera nacional (porque en aquellos tiempos tampoco había autovías) para pasar una hora escasa desnudo en la playa. Y cuando llegas sigues teniendo un pellizco a la hora de desnudarte.
Y llega el siguiente paso, estás cansado de ir siempre solo y te apetecería ir con alguien. Tanteas a amigos, pero tras ligeras insinuaciones ves que nadie comparte tus gustos y no te atreves a decirlo tú. En mi caso, una vez que tuve novia, se lo dije y ella… ¡me acompañó!. Al principio con el miedo lógico, luego más tranquila.
Y sigues queriendo estar más tiempo desnudo y decides ir a algún sitio donde puedes estar desnudo todo el día. Mi primera vez fue en el ya desaparecido camping Almanzora, en Vera, que estaba junto al hotel Vera Playa Club. Y una vez que lo pruebas, esa “droga dura” te atrapa y no puedes “desintoxicarte”. Después de esa experiencia vinieron otras, primero en El Portús y luego en las urbanizaciones de Vera, centro neurálgico del nudismo en ese tiempo. Y allí empezamos a ir en familia y a llevar a mis hijos también.
El siguiente paso es… el nudismo social. En mi caso y gracias a que ya existía internet, entré en un foro, hoy también desaparecido. Era mi primera ciberexperiencia social y encima nudista. Al principio cortado, pero luego empiezas a hablar, a relacionarte con otra gente que ves que… piensan y se sienten como tú!! Esto me ayudó mucho a seguir avanzando en mi desarrollo nudista. Empezaron las quedadas con gente del foro, conoces más gente y ves que ya no eres un “bicho raro” y te sientes comodísimo estando desnudo con otros a los que también les gusta estar desnudos. A raíz de eso empiezan a desarrollarse los lazos de amistad y, poco a poco, esa amistad se hace más fuerte y a pesar de ser de diferentes ciudades de España, empezamos a quedar y a pasar fines de semanas nudistas, hablamos sobre nudismo, lo que nos gustaría, que podríamos hacer, donde nos gustaría ir… y mayoritariamente estamos de acuerdo que nos gustaría vivir, si la climatología lo permite, desnudos.
El siguiente paso es… hacer cosas que nunca hubiéramos pensado hacer si estuviéramos solos. Empezamos a hacer senderismo nudista, conducimos desnudos después de ir a la playa y, dentro de lo posible, vivimos desnudos muchas horas de nuestro día a día.
Por esto hoy yo tengo que decir que SOY nudista y no que “practico” nudismo, porque me siento nudista siempre y a todas horas, aunque tenga que ir vestido. Y me gusta decir nudista, no naturista, pues identificándome con muchas de las ideas naturistas, lo que realmente me gusta es… estar desnudo. 

Nakedu

lunes, 19 de febrero de 2018

EMPEZAMOS


Somos un grupo de distintas zonas de España, que nos conocimos a través del nudismo y gracias a él nos hicimos amigos. Somos diferentes, pensamos de forma diferente, vivimos en un entorno diferente y esto puede hacer que tengamos que afrontar el nudismo de forma diferente y puede favorecer la diversidad de opiniones.
Empezamos este blog con el fin de contaros nuestras experiencias, ideas, sentimientos y pensamientos sobre el nudismo, de cómo ha ido cambiando y cómo hemos cambiado nosotros, del nudismo social, de las ventajas e inconvenientes del asociacionismo nudista, de aportar información sobre lugares de tradición nudista… y otros de no tanta tradición, de otros blogs, foros, páginas, etc. En definitiva, en este blog trataremos de desnudarnos interior y exteriormente y, si te apetece, nos gustaría que hicieras lo mismo.
Te invitamos a entrar, a despojarte de todos los prejuicios y a ¡¡disfrutar desnudos!!