Ruta nudista por el río

Está claro que la playa es el primer lugar que se nos viene a la mente cuando alguien habla de nudismo, pero a los que nos gusta estar desnudos siempre que podemos, nos apetece seguir abriendo el circulo de posibilidades para disfrutar estando sin ropa y otra fantástica ocasión para hacerlo es realizar, como ya comentamos en un artículo anterior del blog, rutas de senderismo nudista. 

Son bastantes las rutas de senderismo nudista que ya hemos hecho y aunque todas son atractivas y agradables, si hace calor, llevarla a cabo por un río, que te permite poder refrescarte durante el recorrido, es especialmente gratificante. 

Queremos contaros la ruta que 3 amigos, acompañados por la hija de uno de ellos, llevamos a cabo este septiembre pasado por un río de la provincia de Granada. 

Era un día entre semana, lo cual nos garantizaba que habría menos posibilidades de encontrarnos gente por la ruta. Quedamos sobre las 10,30 horas en el punto de partida y como no había ningún coche aparcado por allí, nos desnudamos desde el principio y empezamos nuestro caminar. Bajamos al río y pasamos por encima del mismo, dejando un característico puente a la izquierda. 

La ruta era bastante larga, unos 23 km en total y como el ascenso por el mismo río es lento, los primeros 3-4 km los hicimos a través de una pista forestal. 

Tras unos 45 minutos andando empezamos a entrar en el cauce del río. 

Poco después nos encontramos con un pinar, con el que intentamos mimetizarnos. 

Seguidamente nos adentramos de lleno en el cauce del río y en esta primera parte había bastantes piedras, pero no eran resbaladizas. Poco después el camino era bastante liso con un piso calizo que tampoco resbalaba nada y llevaba poca agua, lo que hacía que fuera fácil caminar por él. 

¡Pero no penséis que todo el cauce era tan liso y cómodo de caminar!. 

En breve, una vez que pasamos una acequia, el camino se hace más tortuoso y difícil de recorrer, pero era precioso y una gozada poder disfrutar de esta maravilla de la naturaleza.

En el camino nos encontramos con una especie de hito o escultura en perfecto equilibrio hecha con piedras en el mismo lecho del río. 

Y poco después llegamos a una bonita cascada creada por una presa. La ducha en ella era obligada, aunque el agua estaba bastante fresca y caía con fuerza. 

Una vez superada la presa por un sendero lateral, el río vuelve a ser bastante liso y cómodo de transitar por él pero, poco a poco, se va estrechando y quedando encajonado por la vegetación, encontrándonos bastantes pinos caídos en el mismo cauce del río.

Tras unas horas caminando hicimos un alto en el camino para comer, recuperar fuerzas y dejar descansar nuestros pies descalzos tratando de que se secaran un poco… pero nos empezó a chispear, así que la parada fue breve.

Tras el descanso, seguimos ascendiendo por el río, que se va haciendo más rocoso y disfrutando de este recorrido tan maravilloso que nos ofrece la naturaleza, con varios saltos de agua que caen en una poza con el agua azul-verdosa y cristalina. 

Y con pequeñas cascadas que forman otra poza y terminan llevando el agua hacia el río. 

Seguimos ascendiendo por el cauce hasta que llegamos a una gran cascada, que es el final de la ruta, donde disfrutamos de un buen rato. 

La vuelta la hicimos por pista forestal, no nos encontramos con nadie en todo el camino y tras unas 8 horas de ruta y un gran cansancio encima, nos secamos los pies y nos cambiamos los zapatos y volvimos a subirnos al coche para hacer todo el viaje de vuelta conduciendo desnudos, para alargar un poco más nuestro gran día nudista.

Si os gusta el senderismo y nunca lo habéis probado, os recomendamos que deis el paso a hacerlo desnud@s, y que viváis esta  sensación incomparable de libertad y naturalidad.

¿Te atreverás a probarlo y a contarnos tu experiencia?

Nakedu.