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viernes, 26 de junio de 2020

25 cuerpos de playa


Buscando imágenes de pinturas de cuerpos desnudos para escribir un artículo sobre el nudismo, me encuentro con una amplia variedad a lo largo de la historia. Me gusta el arte y suelo ocupar parte de mi tiempo visitando museos y exposiciones de manera virtual, aprovechando la oportunidad que nos ofrece Internet ya que sería imposible hacerlo de forma presencial en los museos y salas de exposiciones que hay en el mundo entero.

Ya hemos ofrecido en el blog artículos propios y otros compartidos donde hemos hablado del desnudo en el arte, en la pintura, fotografía o escultura entre otras formas de expresión.

En artículos como “El Cristo desnudo”, “El nudista Edvard Munch” o “Miguel Angel y el censor con orejas de asno” hemos querido descubrir un poco el apasionante mundo del desnudo en el arte.

En este artículo podremos disfrutar de una serie de pinturas de distintos artistas y distintas épocas, donde se muestra el cuerpo femenino de la forma más natural.


Estos 25 desnudos están aquí para asegurar que cada cuerpo es un cuerpo de playa.

 Por Jillian Capewell


Lo hemos dicho antes: tener un cuerpo, ya sea alto o bajo, cis o transgénero, hirsuto, voluptuoso, de huesos pequeños o el que el adjetivo se sienta más apto, es el único requisito previo para tener un "cuerpo de playa".

Aun así, dejar más piel a la vista de la que estás acostumbrado en verano puede hacer que algunos se sientan menos que seguros. Para ayudar, reunimos 25 casos de chicas de muchos cuerpos en pinturas que ilustran la belleza en la forma humana, independientemente de cómo sea posible ocupar espacio en este mundo.

Durante siglos, los estudiantes de arte han estudiado rostros y cuerpos desnudos como práctica para entender la proporción y la forma humana, así que ¿qué mejor lugar para buscar celebraciones playeras de nuestro yo desnudo?

Otto Mueller, “Bathers” circa 1917

Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938), “Fünf badende am See”

Félix Vallotton, “Frau mit Dienstmagd beim Baden,” 1896

Pablo Picasso, “Female Nude at the Beach,” 1963

Otto Mueller, “Three nude figures in the wood,” 1911

Felix Vallotton, “The Bath: Summer Evening,” 1982-83

Francois Boucher, “Diana leaving the bathroom,” 1742

Paul Gauguin, “Aha Oe Feii? (Are you jealous?),” 1892

Gustave Courbet, “The Spring,” 1868

Charles Maurin, “Les fleurs du mal,” 1891

Ernst Ludwig Kirchner, “Girl under a Japanese Umbrella,” 1909

Paul Gauguin, “Nude woman among the waves,” 1889

Ernst Ludwig Kirchner, “Group of swimmers,” 1909

Joaquin Sorolla y Bastida (1863-1923), “Ninos jugando en la playa Valencia”

Emile Bernard, “Bathers,” 1889

Paul Gauguin, “Tahitian women on the beach,” 1892

Paul Cézanne, “Bathers,” 1898-1905

Gustave, Courbet, “The Woman in the Waves,” 1868

Paul Cezanne, “The Diver,” 1867-70

Pierre-Auguste Renoir, “The Bathers,” 1918-19

Bernardino Luini, “Young women bathing,” 1520-1525


Renato Birolli, “Naked Woman with Black Veil,” 1941

Paul Chabas, “September Morn,” 1911

Félix Vallotton, “Femme nue dormant au bord de l’eau,” 1921


Por supuesto, esto es sólo la punta del iceberg del canon de arte (principalmente occidental, orientado a los hombres).



Fuente: https://www.huffpost.com/entry/these-28-nudes-are-here-to-assure-you-every-body-is-a-beach-body_n_573b93dce4b0aee7b8e83bc8?guccounter=1

martes, 16 de junio de 2020

¿Es delito el nudismo?


Se acerca el buen tiempo y, después de un largo invierno, agravado con los meses de confinamiento por el coronavirus, afloran nuestras ganas de salir a la naturaleza y desnudarnos. 

En conversaciones con nuestros amigos que comparten esta forma de vida tan natural, surgen las dudas y comentarios de dónde podremos ir este verano, si podremos ir a los lugares habituales de playa o montaña donde nos desnudábamos o si, debido a las circunstancias,  podríamos desnudarnos en otros lugares y dónde nos gustaría poder hacerlo. Y aquí empiezan las dudas y los temores, pues no tenemos la certeza total de dónde poder hacerlo sin tener ningún tipo de problemas. 



No tengo mucho conocimiento del mundo del derecho ni de la interpretación de la legislación vigente actualmente, pero según lo que he leído veo que una cosa es la legalidad de poder estar desnudos y otra es la realidad que se vive si te desnudas en un sitio donde el nudismo no es habitual y las reacciones y consecuencias que esto pueden conllevar. Y no solo si decides desnudarte en algún lugar más concurrido o urbano, sino también si lo haces en un lugar aislado en la naturaleza, como puede ser un río con poco tránsito, como ya comentamos en nuestro artículo "Nudismo a punta de escopeta" 



Estas reacciones, creo que extrapolables casi universalmente, las podemos observar también en este video de una experiencia denominada "Urbanudismo" que fue llevada a cabo en Argentina por Paula Brindisi y cómo terminó la misma...


Voy a intentar exponer, según he leído, lo que yo interpreto que legalmente estaría permitido, aunque como ya he comentado anteriormente, lo legal puede estar reñido con lo real, y esto plantea dudas incluso en los agentes de la autoridad, como ya comentamos en otro artículo publicado anteriormente en el blog, algo que es poco entendible que suceda en quien debe de velar por la aplicación de la ley.

Para aportar algo de luz a este tema reproducimos el siguiente artículo publicado el 10 de Junio de 2015, pero que creo que aún lo podemos considerar vigente.
Recientemente se ha conocido la resolución del Tribunal Superior de Cataluña que viene avala la Ordenanza Municipal del Ayuntamiento de Barcelona. Ordenanza que impone la prohibición de ir desnudo o semidesnudo por la ciudad, esto último a excepción de la playa, paseo marítimo o calles colindantes.
Se trata de una Ordenanza Municipal con consecuencias exclusivamente de carácter administrativo -es decir- pecuniario sin consecuencias penales, conceptos que, en ocasiones, tienden a confundirse.
Al análisis del vigente Código Penal –se modifica el próximo Julio- podemos asegurar que el nudismo no es delito, y que no hay, por ello, una sanción penal al que anduviere desnudo. No obstante, este artículo quedaría vacío, si no se advierte a los lectores, que el nudismo, aun a pesar de no ser delito, si puede llevar aparejada una sanción económica por infracción de una Ordenanza Municipal, como mencionábamos ocurre en la Ciudad de Barcelona. Infracciones que han venido a sancionarse con multas de 500 euros, en algunas localidades la sanción puede llegar a los 3.000 euros.
A pesar de haber quedado derogado con la reforma del Código Penal de 1988, es frecuente escuchar referencias a la posible comisión de un delito de “Escándalo público”, que, como tal, no existe y suele confundirse con los artículos 185 y 186 del Código Penal, en relación a provocación sexual.
Es constante la tendencia a despenalizar las conductas que tienen un reproche difícilmente encajable con la libertad, mientras que se perpetua una actitud vigilante, para aquellas personas que exceden de su derecho de libertad, añadiendo a la desnudez, no solo la cuestión objetiva y tangible, sino un factor subjetivo de provocación sexual, con especial énfasis en los receptores o espectadores de esas provocaciones (menores) todo ello viene regulado y castigado en el artículo 185 del Código Penal.
Artículo 185
El que ejecutare o hiciere ejecutar a otra persona actos de exhibición obscena ante menores de edad o incapaces, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses.
Es por tanto el nudismo una actividad lícita, si bien, puede estar limitada por determinadas Ordenanzas Municipales que restringen la desnudez pública.
Salvando determinadas excepciones, estas “limitaciones” son palpables y frecuentes en las zonas de playa desatinadas al recreo, donde, es cierto, que pueden producirse confrontación entre los que defienden el derecho a ir desnudo, y los que entienden que no es correcto hacerlo en público.
Actualmente existen varios contenciosos a este respecto elevados por organizaciones Nudistas / naturistas, frente a lo que se considera un exceso de la injerencia pública -administrativa en la vida y libertad individual.

Iván OLALDE IGLESIAS
ABOGADO

Según este texto y contestando a la pregunta que plantea el título de este artículo, podemos tener claro que el nudismo no es delito, no pudiendo haber por ello una sanción penal, sin embargo, puede estar restringido por otras leyes u ordenanzas.

No debemos olvidar que, cuando escribo esto, aún está en vigor la conocida Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, conocida como “Ley Mordaza”, cuyo artículo 37.5 dispone que se castiga con infracción leve “la realización o incitación a la realización de actos que atenten contra la libertad e indemnidad sexual, o ejecutar actos de exhibición obscena, cuando no constituya infracción penal” (delito). La sanción administrativa tipificada en estos casos va desde los 100€ hasta los 600€.

Además, también está la Ley Reguladora de Bases del Régimen Local, que en los artículos 139 "Para la adecuada ordenación de las relaciones de convivencia de interés local y del uso de sus servicios, equipamientos, infraestructuras, instalaciones y espacios públicos, los entes locales podrán, en defecto de normativa sectorial específica, establecer los tipos de las infracciones e imponer sanciones por el incumplimiento de deberes, prohibiciones o limitaciones contenidos en las correspondientes ordenanzas, de acuerdo con los criterios establecidos en los artículos siguientes" y 140 (Clasificación de las infracciones), dota a los ayuntamientos de tipificación de las infracciones y de la capacidad de sancionar en determinadas materias.

En definitiva, creo entender que el desnudarte en ningún caso puede ser considerado delito ni tiene consecuencias penales, pero sí puede conllevar consecuencias administrativas y económicas si lo haces en algún lugar donde exista una ordenanza que lo prohíba.











Por tanto, excepto en los lugares donde exista una ordenanza expresa contra el nudismo, legalmente estaríamos respaldados para poder desnudarnos donde más nos apeteciera, sin embargo, la experiencia nos demuestra que a pesar de ello esto no es ni cierto ni posible y es algo utópico, irreal y ficticio, ya que generalmente, nuestra simple desnudez en un lugar donde estemos rodeados de otras personas, hará que haya algunos que la interpreten de una manera muy diferente a la que nosotros vivimos con tanta naturalidad, considerándola como exhibicionismo o provocación sexual y, si se sienten muy ofendidos, con sus actitudes e incluso amenazas hacia nosotros, lo menos que nos conllevará será pasar un mal rato, pudiendo incluso denunciarnos a la autoridad competente, y ésta, bien por desconocimiento o por una interpretación ambigua, errónea o partidista de la ley, puede intentar buscar una fórmula jurídica para denunciarnos y/o multarnos.

Nakedu

Imágenes:

Algunas de las fotos de esta publicación provienen de Google. Si encuentras una tuya y no quieres que esté en nuestro blog, avísanos y la eliminaremos.

sábado, 6 de junio de 2020

El arte de cocinar sin ropa

A pesar de las quemaduras ocasionales, los nudistas dicen que su relación con la comida -en el hogar o en los restaurantes- es mejor y más saludable cuando van desvestidos.




Karyn McMullen está harta de que le pregunten cómo hace para cocinar tocino cuando está desvestida.

Es una de esas bromas que la gente no puede evitar hacer sobre los nudistas, y para McMullen, que ha cocinado desnuda durante más de dos décadas, una muestra de lo incomprendido que es el nudismo. Muchas personas solo piensan en los riesgos - salpicaduras de aceite, pequeñas quemaduras- y no en los beneficios.

“Adoptar el estilo de vida del nudismo me ha permitido experimentar mis sentimientos”, comentó una mañana en que no llevaba nada puesto más que una resplandeciente manicura, mientras salteaba pimientos morrones en la cocina de su casa en el centro vacacional nudista para familias de Lake Como en Lutz, a unos 30 kilómetros al norte de Tampa, donde vive con su esposo, Jayson McMullen.

“Pero si quieres saber la verdad”, añadió con un suspiro de resignación, “compro tocino precocido y lo pongo en el microondas sobre una toalla de papel”.


Según un estudio de 2011, el último disponible, realizado por la empresa de servicios de mercadotecnia Ypartnership y Harrison Group, los McMullen son dos de los más de diez millones de estadounidenses que se identifican como nudistas o naturistas. Algunos historiadores afirman que el movimiento naturista moderno en Occidente surgió en Europa en el siglo XVIII como forma de promover la salud mediante la exposición del cuerpo al aire limpio y a la luz del sol; otras personas remontan sus orígenes al siglo XIX en Alemania, como una forma de rechazo a la industrialización al vivir de un modo más sencillo y más cercano a la naturaleza.

Surgieron balnearios, grupos y playas nudistas, y cuando los alemanes migraron a Estados Unidos en el siglo XX, algunos trajeron la filosofía naturista. Ahora, los nudistas viven en todo el país, aunque, lógicamente, muchos se concentran en sitios de clima cálido. Erich Schuttauf, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense para el Esparcimiento Nudista (AANR, por su sigla en inglés), comentó que los miembros de la comunidad suelen ser personas mayores, con mejor preparación y más adineradas. En 2017, este grupo calculó que la industria del turismo nudista en Florida, que en ese entonces contaba con 34 balnearios nudistas, cada año atraía a 2,2 millones de visitantes nudistas a ese estado.






Así que no fue raro que The Chicago Tribune recientemente publicara un artículo sobre la creciente popularidad de la escapadita sin ropa o “vacaciones al desnudo”. Ni que la revista Bon Appétit publicara “Nueve reglas para cenar desnudos: la etiqueta de los balnearios nudistas” (Consejo número siete: “¡Sube la mirada, amigo!”). Ni que la AANR publicara en el otoño tres recetas —pollo con arroz horneado, carne rostizada y lasaña de pollo— que consideraba seguras para que cocinaran sus integrantes.

Sin embargo, muchos nudistas rechazan la idea de que cocinar —o vacacionar o vivir en general— sea más difícil para ellos que para las personas que traen ropa. De hecho, cuando se trata de cocinar y cenar, muchos nudistas son tajantes: es mejor hacerlo desnudos. Se sienten menos inhibidos y más creativos.

“Es como un pintor cuando libera su mente de todo lo demás”, señaló Jack Clark, que pasa una parte de su vida en el balneario de Lake Como. “Pinta cualquier cosa”.

















El movimiento nudista se ha asociado históricamente a la comida: cuando surgió en Europa, tenía que ver en la misma medida con la dieta que con la ropa. Algunos nudistas evitaban comer platillos con mucha carne y adoptaban el vegetarianismo y la comida saludable.

En la actualidad, la comida sigue siendo parte integral de la experiencia en Lake Como. Este es el centro vacacional nudista con más tiempo en operación de manera continua en Florida y funciona como una especie de campamento de verano y de residencia para jubilados.

Algunos clubes y balnearios nudistas ofrecen un restaurante o alojamientos con cocina. Lake Como tiene ambas cosas, lo que garantiza que los huéspedes nunca tengan que ponerse ropa para cenar. Su restaurante, que ofrece todos los servicios, el Bare Burns Cafe, sirve arrachera y camarones, mientras que un bar llamado Butt Hutt, decorado con placas de automóviles y luz intensa, ofrece noches de karaoke y para aficionados destinado a personas desnudas.




No existen códigos de vestimenta (o de no vestimenta) en el restaurante ni en el bar, aparte de la regla de que, por razones de higiene, todos los huéspedes que estén desnudos deben llevar una toalla para sentarse. Una mañana de sábado de enero, un hombre miraba su teléfono mientras devoraba un plato de huevos fritos mientras otro que pasaba en un carrito de golf iba comiendo una dona glaseada. Otros hacían jardinería, jugaban voleibol, leían libros, paseaban perros. Sucedía que estaban sin ropa.






Tanto los residentes como los invitados dijeron que la mayor parte de las personas en el complejo son blancas. (A nivel nacional, en Estados Unidos hay organizaciones como la Black Naturists Association que busca crear una comunidad para nudistas no blancos).

Algunas personas en Lake Como comentaron que estar desnudas les ha ayudado a cultivar una relación más positiva con la comida.

Karyn McMullen, una sobrecargo de 60 años, fue criada en Massapequa Park, Nueva York, y cuando tenía casi 40 años pesaba 140 kilogramos. “Iba a la playa con un traje de baño que parecía un globo gigantesco, y oía que la gente se reía y murmuraba”, comentó.

Una amiga le recomendó que fuera a una playa nudista en Nueva Jersey. “Tuve el valor de meterme a mi auto e ir para allá y, por primera vez, nadie se me quedaba viendo. Nadie me juzgaba. De inmediato supe que eso era para mí”.

Desde entonces, McMullen ha perdido 84 kilos, pero para ella eso es lo menos importante. Para sentirse bien sobre su apariencia, todo lo que tuvo que hacer fue quitarse la ropa, afirmó.

Hablaba de andar desnudo y cocinar como si fueran una y la misma cosa mientras preparaba carnitas en su olla de presión eléctrica. Su esposo, un jubilado de 63 años que se dedicaba a la plomería, rasgueaba su guitarra.





“Es muy creativo” dijo McMullen. “Es muy para que cada quien haga lo que desea. Puedes tomar lo que quieras y dejar el resto”.

Los McMullen viven aquí pero viajan con frecuencia y se quedan en otros sitios para nudistas cuando pueden. De sus paredes cuelgan fotografías grupales en cruceros al desnudo. McMullen tiene dos hijos adultos que la visitan de vez en cuando y se desnudan. Para cuando la ocasión lo requiere, como cuando deben hacer la compra, la pareja guarda ropa en un cuarto donde están los implementos de limpieza.




Del otro lado del balneario, otra pareja, Clark y Maryanne Rettig, se preparaba para recibir invitados a cenar, algo que quizás ellos no hubieran hecho cuando siempre usaban ropa.






“Yo era una persona muy tímida, nerviosa e introvertida”, comentó Clark, de 63 años. “Yo diría que aislado. No tenía muchos amigos. En el momento en que me desnudé, eso desapareció en dos segundos. Me cambió la vida”.

Hace cuatro años, Maryanne, de 62 años, recibió tratamiento para el cáncer de los ganglios linfáticos, lo cual limitó su movilidad del brazo derecho. Ese brazo se le hinchaba con frecuencia, así que tenía que usar ropa holgada. Un día, acompañó a unos familiares a una playa nudista. En cuanto se quitó la ropa, nada de eso volvió a ser un problema. Se sintió cómoda.

Ambos pasan su tiempo entre Orlando y su casa en Lake Como. Durante la semana, Clark trabaja como optometrista y Maryanne administra un grupo sin fines de lucro llamado Tampa Bay Free Beaches, el cual cabildea para que haya otras zonas de Florida disponibles para el esparcimiento de los nudistas.

“Me siento más libre y más creativo cuando cocino desnudo”, comentó Clark, de pie junto a la estufa mientras colocaba almejas en un caldo de ajo y hervía fideos cabello de ángel.





Transitaba con destreza por la cocina, casi rozando con su estómago una olla de agua caliente mientras colaba la pasta solo con guantes para hornear. “¡Estoy bien!”, insistía.

A eso de las 17:00, llegaron los invitados, cada uno de los cuales llevaba su propia toalla, aunque algunas sillas ya estaban cubiertas con toallas en caso de que alguien hubiera olvidado la suya.




En el Bare Buns Cafe, las reglas sanitarias gubernamentales requieren que el personal esté vestido, pero la mayor parte de los clientes cenan desnudos.

Los nudistas “son más amables y más comprensivos que la gente que no está desnuda”, comentó el gerente del restaurante, Stephan Krienes, de 78 años, que no es nudista. “No son cuadrados”. Señaló que en “más o menos diez minutos” se adaptó a estar junto a personas desnudas.





Tara Pickett, cocinera en Lake Como y en algunos otros balnearios nudistas de la zona, concordó con eso. “Andan paseándose como si trajeran ropa”, dijo Pickett, de 36 años. “Te acercas a alguien y ni siquiera te das cuenta de que está desnudo. Te hacen sentir que eres bien recibida”.

En lo que sí tiene problemas el restaurante es en contratar personal, añadió. “Parece que cuando se enteran de que las personas que viene aquí son nudistas, se asustan”, señaló. “Creen que aquí tienen que estar desnudos, pero no es así”.

Para los no iniciados, los residentes se apresuran a explicar sus formas y su lenguaje distintivo. Es “sin top” en lugar de topless. Comunidad pero nunca colonia. A los no nudistas se les conoce como “textiles”.

Ser nudista suscita preguntas: ¿es lo mismo que ser swinger? ¿Es exhibicionista? ¿Depredador sexual? (No, no y no.) ¿Qué pasa si hace frío afuera?

“La filosofía es: sin ropa cuando sea posible, con ropa cuando sea práctico”, dijo Karyn McMullen.

A pesar de todo su entusiasmo por comer, cocinar puede plantear algunos desafíos. Karyn McMullen ha aprendido a dar un gran paso atrás al sacar la comida del horno, para evitar que una rejilla caliente le haga daño. Su esposo se abstiene de freír y usa un delantal cuando lo hace. Al asar a la parrilla, se mantiene a una buena distancia de la llama.

Nancy Rehling, de 70 años, quien es propietaria retirada de un restaurante y vive en Lake Como, dice que cuando cocina usa una playera por si algo salpica. “Tengo cicatrices por todo el estómago y en la parte superior de los senos por cocinar”, comentó; es resultado de cocinar principalmente pescado frito, sopas y queso fundido, el cual “se pega en serio y no deja de quemar”.




Sin embargo, muchos cocineros señalaron que la seguridad y la higiene son imprescindibles siempre que se cocina. Los modales en la mesa no varían, independientemente de que se lleve ropa o no. Además, una persona nudista es tan capaz de preparar tocino, o cualquier otro alimento, como un cocinero con toda su vestimenta.

“No se trata del tocino”, señaló Karyn McMullen, “Se trata de la libertad”.





Fuente:  https://www.nytimes.com/es/2020/02/06/espanol/cocina-nudista.html