sábado, 16 de diciembre de 2023

Los pechos femeninos reclaman su visibilidad

La cosa tiene pezones. Pues sí, nuestra publicación de hoy se centra en algo que los nudistas vemos como algo natural, como una parte más de la anatomía masculina y femenina, pero que visto desde el punto textil de este artículo, el pezón femenino sigue siendo considerado como algo tabú y peligroso.

El artículo desarrolla diferentes enfoques y consideraciones del mismo a lo largo de los años hasta llegar a nuestros días sin haber resuelto el gran problema de aceptar que tanto hombres como mujeres, además de ojos, nariz y orejas... tenemos pezones!! y lo llevamos en las tetas.

Esperamos que lo disfrutéis... o igual lo que hay es que sufrirlo. 


La marca de Kim Kardashian vende un sujetador que simula el volumen de unos pezones. Rita Ora acude a un evento con un vestido que deja ver los suyos auténticos. ¿Estamos ante los últimos estertores de un tabú milenario sobre el cuerpo femenino o sólo ante una tendencia pasajera?

La cantante Amaia Romero, en el último Festival de Cine de San Sebastián.GTRES

Un pezón femenino en primerísimo primer plano. Es una de las primeras cosas que ven nuestros ojos tras nacer. Al principio borroso y con los días, en alta definición. La que debería ser para todos la más familiar de las imágenes se convierte, sin embargo, en una de las más problemáticas, sin duda porque hay que pasarse la vida conciliando la amorosa teta alimenticia con la teta erógena, y de esa contradicción surge un tabú. Un lío. Desligar el pecho femenino de ese conflicto es tan complicado... que aquí seguimos, en pleno siglo XXI, sin resolverlo. La penúltima pieza del puzle la ha puesto Skims, la marca de corsetería de Kim Kardashian al comercializar un sujetador, el Nipple Push-Up Bra, con "un detalle de pezón elevado incorporado para conseguir una apariencia descarada, de ir sin sujetador, que supone una declaración audaz".

Es difícil determinar si el simulacro que propone Kim Kardashian es una acción de moda-protesta, la respuesta a una demanda social o si detrás de él no hay un escenario, sino tan sólo un decorado hueco, únicamente alimentado por la necesidad de novedades constantes que impone el mercado. Pero sin duda nos sirve para obtener una instantánea del momento que atraviesa una tendencia al alza, una donde cofluyen ideología, creencias, moda, sexualidad y, por supuesto, negocio: la de dejar que los pezones femeninos se noten bajo la ropa o, directamente, se vean.

El tema y su polémica asociada no tienen nada de superficial. Ni nacieron ayer. No son pocas las mujeres de diferentes generaciones que han vivido un bochornoso día de pezones en punta bajo la ropa (incluso con sujetador). Porque la mirada masculina es la que ha dominado la moda a lo largo de la historia, y unos pezones que se hacen notar bajo la ropa (de transparentarse ya ni hablamos), se han considerado tradicionalmente una señal de tipo sexual. De hecho, existe un meme que reproduce una imagen de Jennifer Aniston en 'Friends' con una camiseta bajo la cual se perciben claramente sus pezones y la leyenda: "La única razón por la que cualquier tío veía 'Friends'". Y no es que Rachel, el personaje interpretado por Aniston, fuera la pionera en la práctica de esta, al menos hasta ahora, 'transgresión'. El pecho femenino y su significado tienen una historia tan larga, y su visibilidad y ocultación tantos vaivenes, que la ya desaparecida historiadora Marilyn Yalom le dedicó en 1997 un libro magnífico: 'Historia del pecho'.

El Nipple Push-Up Bra de Skims, la marca de Kim Kardashian, simula unos pezones en su copa.SKIMS

Tetas al aire en los 70

Entre los 70 y los 80 del siglo pasado celebrities como Deborah Harris, Laura Antonelli, Pamela Anderson, Sharon Stone, hasta nuestra Marta Sánchez, se apuntaron al braless con distintos grados de afiliación y entusiasmo. También el diseño de moda, con Courrèges y sus míticas prendas see-through a la cabeza. Más: el mencionado 'invento' de Kim Kardashian no es tal. En los años 70 en Estados Unidos ya se comercializó un Nipple Bra, un sostén que simulaba dos pezones enhiestos y que en su publicidad prometía "esa apariencia sensual sin sujetador mientras usas sujetador". Y añadía: "El aspecto es tan provocativo que nadie creería que en realidad estás usando un sostén. Sin embargo, obtienes todo el apoyo que deseas".

Pese a todo, la cosa no llegó a prosperar a un nivel masivo, y el pezón quedó de nuevo relegado a la oscuridad bajo capas de tela. Eso sí: la enorme repercusión que cualquier exhibición accidental (o no) del mismo ha tenido en estos años demuestra que el tabú sobre él sigue excitando la curiosidad y el deseo. Como la protagonizada por el pezón derecho (y eso que era bajo pezonera) de Janet Jackson en 2004 en la Super Bowl. Tanta repercusión tuvo, en este caso, que llegó a ser investigado por la Comisión Federal de Comunicaciones, y el caso llegó al Tribunal Supremo (para que reconsiderara la multa de 411.000 euros que le fue impuesta a la CBS, el canal que lo retransmitió).

Las zonas erógenas cambiantes en la moda

Esos vaivenes en la aceptación o no del pezón visible en particular y del pecho en general tienen explicación parcial en la teoría de las zonas erógenas cambiantes del psicoanalista británico John Flügel (1884 - 1955). La idea es que en la moda se libra constantemente una batalla entre la seducción y el decoro. La moda siempre trataría de acentuar determinadas zonas del cuerpo dotadas de encanto erótico, que más adelante el decoro convierte en objeto de represión y ocultación. Cuando el decoro oculta una zona, la moda destapa otra, y así hasta el infinito, en un juego donde represión y deseo se retroalimentan. Como explica Marilyn Yalom, "la parte del cuerpo que soporta la carga sexual debe gran parte de su fascinación a ese ocultamiento total o parcial" al que lo sometemos. Así, la historia del escote es una historia de idas y venidas, de subes y bajas, y ahora, de transparencias y opacidades, tan antigua como lo es la diferenciación de los ropajes masculinos y femeninos en época medieval.


Un naked bodi de Jean Paul Gaultier.J.P.G.


La 'culpa' fue de Instagram, no del chachachá

Así, una de las razones que explican el creciente protagonismo del pezón femenino hay que buscarlo, siguiendo la tesis de Flügel, en una prohibición. Cuando en 2021 Instagram decretó la desaparición de los pechos femeninos desnudos en la red social, se armó. Aparte de las críticas directas a una censura que muchos consideraron de doble rasero (dependiendo de la firma de la foto o de quién saliese en ella), famosas y semifamosas empezaron a inventar maneras de burlar la imposición, empezando por Britney Spears, que desafiaba a la red social publicando un selfie donde se apretaba ambos pechos con las manos y tapaba los pezones con estrellas. La polémica reactivó además el movimiento #Freethenipple, iniciado en 2013 por la cineasta estadounidense Lina Esco, que cuestiona la convención de considerar indecente la exposición de los pechos femeninos, al contrario que los masculinos, y reclamaba la desexualización del pecho.

Se esperaba que Meta, la empresa propietaria de Facebook e Instagram, cambiase su política sobre los pezones femeninos en 2023, pero no ha sido así, lo que no ha hecho sino espolear aún más la imaginación de personajes públicos y también de diseñadores de moda, siempre atentos a la realidad social, para burlar la prohibición. Y así, influencers del peso de la italiana Chiara Ferragni se han convertido en activistas de la liberación, desexualización y dignificación del cuerpo femenino a través... precisamente de las mismas redes sociales.

El naked dress con el que Chiara Ferragni hizo de maestra de ceremonias en el Festival de San Remo.GTRES

Ferragni ha sido clave por su gran visibilidad en redes. En septiembre de 2021 vistió un top negro de manga larga de Schiaparelli que era completamente transparente y llevaba en los pezones dos réplicas doradas de pezones reales. Y este año, en el Festival de San Remo, la influencer, en su papel de maestra de ceremonias, causó un gran impacto con un espectacular vestido body revealing que simulaba su cuerpo desnudo, firmado por Dior, que le sirvió para reforzar su mensaje: "Si te tapas eres una monja, si no, una puta". "Desgraciadamente el sexismo está normalizado. Desafíalo y no temas a las consecuencias", retaba la empresaria italiana en su discurso más feminista hasta la fecha.

La actriz Florence Pugh con el vestido transparente de Valentino por el que recibió numerosas críticas hacia el tamaño de sus pechos.GTRES

Florence Pugh y el 'pecado' de tener las tetas pequeñas

"Si cambiamos el vestido, el cuerpo que lo lleva hace cambiar el mundo", dice Umberto Galimberti en 'Los mitos de nuestro tiempo' (Debate). De eso va esta historia. Pero no es fácil. Cuando hace dos años la actriz Florence Pugh aparece con un (maravilloso) vestido de noche de Valentino de color rosa intenso, y que deja ver perfectamente sus pechos bajo el cuerpo transparente, recibe tantas críticas, sobre todo por tener los pechos pequeños, que se siente obligada a reaccionar. Y publica en sus redes sociales: "Soy plenamente consciente del tamaño de mis tetas y no les tengo miedo. Lo que es más preocupante es... ¿por qué se lo tienes tú? ¿Por qué le tienes miedo a las tetas? ¿Pequeñas? ¿Grandes? ¿Izquierda? ¿Derecha? ¿Sólo una? ¿Quizás ninguna? ¿Qué resulta tan aterrador?".


Rita Ora con un vestido transparente, en una fiesta de Vogue en Londres.GTRES

La última en aparecer con el pezón al aire ha sido la cantante Rita Ora, que acudía hace unos días al evento 'Forces For Change' de Vogue en Londres con un vestido negro transparente excepto por unas flores negras que cubrían, o no, dependiendo del momento, los pezones. Los flashes recibidos casi la derriten, muestra de la buena salud de que goza todavía hoy el tabú. La monologuista Patricia Sornosa realizaba una reflexión humorística al respecto: "Claro que las celebrities nos enseñan dónde quiere el mundo de la moda que nos dirijamos. ¿Sabes lo que no nos enseñan? Pues que ellas, además de cuerpos perfectos, tienen guardaespaldas". Patricia: te hacemos la ola.


Fuente: https://www.elmundo.es/yodona/moda/2023/12/08/65686c14e9cf4a84218b458d.html

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