Senderismo y nudismo

Las personas que disfrutamos estando desnudos, sin sentir el roce de la ropa, la presión de elásticos o la falta de libertad de movimientos, no nos conformamos con poder desnudarnos en una playa, pantano o ribera. Queremos más, siempre queremos más, mas experiencias nudistas, mas sensaciones de libertad, más momentos de los que disfrutar sin ropa.

Conozco gente que disfruta conduciendo desnudos, otros que no ven el momento de escapar con su barquita para perderse pescando en cualquier charca, libre de ropas. Los hay que practican deportes desnudos, quienes se ponen en forma en el gimnasio o en spas y piscinas que abren en horarios y jornadas específicas para los nudistas.

Lo de visitar museos sin ropa eso ya en España se nos escapa de las manos pero sí que se organizan alguna vez funciones de teatro donde poder asistir desnudos y los restaurantes para nudistas no es algo que nos sorprenda. También ha habido experiencias de estas en otros países europeos con más o menos éxito.

Pero lo que me gustaría exponer en este artículo es algo que yo he descubierto, que es el placer añadido al darme un paseo por el bosque, el monte o la sierra haciéndolo desnudo. Muchas veces no es algo programado, nada organizado, se sale a andar y en un momento dado te quitas la ropa y a partir de esto las sensaciones son infinitamente más placenteras, sentir el aire, el sol o el frescor de la mañana en toda tu piel. Sentirse plenamente parte de la naturaleza.

Lo hago cada vez que tengo oportunidad. Claro que no puedes hacerlo en cualquier ruta que sea muy transitada pero hay infinidad de sitios donde no te cruzas con nadie o si acaso con muy poca gente. Lo ideal es el monte o el cauce de un arroyo o la montaña.

Nunca he tenido una mala experiencia haciendo senderismo y yendo desnudo, he de decir que nunca lo he hecho solo, siempre en grupo o al menos con algún colega que se ha desnudado o no. Pero se de mucha gente que sí se mete en el monte solo y da grandes paseos en total consonancia con la naturaleza. Si vas en grupo mucho mejor, ya no eres a los ojos de quien te cruces un loco suelto que se ha desnudado y ¡A saber con que intenciones!

Normalmente la gente con la que te puedas cruzar pasa de ti, o miran al suelo, o te saludan nerviosos o les causa gracia.

Lo curioso de esto, es que la gente reacciona de muy diversos modos, creo que en su mayoría les pilla de sorpresa y ni ellos mismos saben cómo actuar y por eso se cortan bastante. Me ha pasado con grupos de chicas que bajaban la cabeza, sin mirar siquiera y una vez han pasado, te giras y las pillas haciéndote una foto, las risitas después de haberte cruzado también las oyes y piensas: Estos ya tienen tema para contar a sus colegas cuando lleguen a casa. También me ha ocurrido de gente que te ve a lo lejos y pilla otro sendero o hasta se dan la vuelta.

En una oportunidad, un grupo de amigos decidimos quitarnos la ropa en un sendero que a priori parecía muy tranquilo y solitario, el grupo se componía de hombres y mujeres de diversas edades pero solo cuatro de los chicos íbamos desnudos. La cuestión que una vez adentrados en el sendero aquello parecía una romería, nos cruzamos con muchísima gente y ni uno solo tuvo un gesto de desagrado o una palabra de desaprobación. Esta bien decir que el entorno era un paraje natural con playas de tradición nudista muy cerca.

Si nosotros mismos caemos en asociar el desnudo solo con la playa nos perdemos infinidad de buenos momentos en contacto con la naturaleza. El salir a hacer una ruta y a la hora del bocadillo buscar un sitio bonito y quitarte la ropa o una ruta por un arroyo donde iras siempre metido en el agua o porque no, subir a esa montaña sin la molestia de indumentaria. Hablamos, esta claro, de senderos donde no sea imprescindible llevar ropa para protegernos la piel.

Os invito a que lo probéis alguna vez, seguro que cada cual tiene en mente ese sitio ideal donde le gustaría quitarse la ropa. Y si lo has hecho alguna vez, cuéntame tu experiencia que sin lugar a dudas no te ha dejado indiferente.

Quique.