jueves, 19 de abril de 2018

El dilema del prisionero aplicado al nudismo


     Uno de los dilemas clásicos de la teoría de juegos es el que da título a esta entrada y fue enunciado en 1950 por Albert W. Tucker. Nos sirve para analizar el comportamiento humano ante unas circunstancias dadas cuando nos falta información sobre el comportamiento de las demás personas. Es de aplicación a cuestiones diversas pero no sé si a alguien se le habrá ocurrido en alguna ocasión aplicarlo al nudismo. Aunque es muy conocido intentaré explicarlo de forma clara y posteriormente contaré por qué creo que puede ser útil a nuestra causa.

     Dos delincuentes son detenidos y aislados el uno del otro para proceder a los interrogatorios por separado. Se les acusa de un atraco a mano armada a un banco de la ciudad pero faltan pruebas del delito; el objetivo de la policía es conseguir la confesión. Si las autoridades logran demostrar su participación serán condenados a diez años de prisión, en caso contrario únicamente se les podrá acusar de un delito menor (posesión ilícita de armas) que implicaría dos años de cárcel.

     La policía decide ofrecerles un trato de manera individual a cada uno de los prisioneros: si decide colaborar con la justicia y aportar las pruebas para que sea condenado el otro detenido, le rebajarán la pena de su propio delito a la mitad. ¿Qué implicación tiene esto para cada uno de ellos? Si uno decide “acusar” al otro y es el único en hacerlo, su condena de dos años por tenencia ilícita de armas se rebajará a un solo año, mientras que el otro prisionero deberá cumplir diez años por el atraco y la falta de colaboración. Si el otro prisionero también confiesa, ambos se habrán traicionado, el atraco quedará probado y cada uno deberá cumplir cinco años de prisión, al haber colaborado con la justicia a cambio de la pena rebajada a la mitad.

     Frente a la posibilidad que llamaremos “traición” existe la opción “lealtad”. Si ambos deciden ser leales deberán cumplir dos años cada uno, pues sólo la tenencia ilícita de armas está demostrada. La decisión la deberán tomar sin saber qué hará su compañero, lo cual complica las cosas. El dilema está servido.

     La opción que maximiza los beneficios, si ambos pudieran negociar y confiar plenamente el uno en el otro, es cooperar y ser leales, enfrentándose cada uno a dos años de cárcel y evitando de este modo cualquiera de las dos penas superiores: cinco y diez años. Sin embargo, al carecer de la información sobre el comportamiento del otro, parece que lo más beneficioso sea la competición y la traición, pues en este caso la condena va a ser de un año o de cinco, pero en cualquier caso evitará la pena mayor: los diez años.

     El dilema del prisionero nos sitúa ante el escenario del “mal menor”. Aunque lo más beneficioso para ambos es la lealtad, al desconocer la decisión del compañero, la tentación de optar por la traición para evitar el “mal mayor” será muy fuerte. ¿No es apasionante?

     La cosa tiene miga y nos sirve para analizar situaciones reales, especialmente las más  complejas. ¿Qué elegimos habitualmente? ¿Colaborar o competir? ¿ser generosos o egoístas? ¿pensar en el bien común o protegerse? ¿asociarse o ir por libre?

     Si desconocías este dilema te pido que lo pienses un poco antes de seguir leyendo, en caso contrario adelante, me dispongo a convertir a estos dos prisioneros en nudistas.

     Son encendidos los debates sobre cuál es la mejor estrategia para garantizar nuestros derechos como nudistas, tanto en el espacio asociativo como en redes sociales, foros, blogs y otros espacios de internet. También he participado en muchas ocasiones en debates estratégicos con amigos o conocidos nudistas.

     La PREGUNTA CLAVE la planteo a continuación: 

¿Qué es mejor, aferrarnos a la libertad de poder desnudarnos en cualquier espacio público ya que en principio la ley nos ampara, o por el contrario, luchar por mantener y ampliar espacios propios donde poder ejercer nuestro derecho a desnudarnos rodeados de otros nudistas?

     Este es uno de los principales puntos de fricción entre los nudistas cuando nos ponemos a diseñar estrategias. Algunos defienden que acotar o señalizar espacios para hacer nudismo, incluso aquellos de amplia tradición nudista, implica aislarnos en guetos y reducir nuestras posibilidades de desnudarnos en cualquier playa o espacio público, pues afortunadamente la ley eliminó hace años el delito de escándalo público y el desnudo no puede considerarse algo obsceno o inmoral. Otros por el contrario, defienden con ahínco el cuidado de los espacios de tradición nudista frente a la invasión textil, pues rodeados de nudistas nos podemos encontrar más a gusto y si fuéramos nosotros quienes nos desnudásemos en espacios textiles tenemos serias dudas de que fuésemos bien recibidos.

     Difícil llegar a acuerdos entre dos posturas tan enfrentadas. ¿Os parece que apliquemos el dilema del prisionero para el diseño de la estrategia?

     Olvidemos las palabras traición y lealtad utilizadas para el análisis del dilema, pues está claro que ambas posturas son respetables. Centrémonos pues en las ideas clave: competir o colaborar.

     Podemos entender por COMPETIR a luchar para ganar todo el espacio público a la causa nudista. Esto implica ir por libre pues no necesitas de los demás nudistas para llevarlo a cabo y dará igual cuál sea la decisión de los otros, ya que eliges desnudarte en cualquier espacio asumiendo las consecuencias que esto tenga.

     Podemos pensar que el número de nudistas es mucho menor que el número de textiles, por lo que si elegimos ir por libre, lo más probable es que nos encontremos con muy pocos nudistas cuando nos quitemos la ropa en cualquier espacio público, al menos al principio. Esto podría cambiar si la mayor parte de nudistas optamos por esta opción en lugar de seguir yendo a espacios donde el desnudo es lo habitual. Poco a poco iremos conquistando todo el espacio público para desnudarnos con libertad.

     Podemos entender por COLABORAR, en contraposición, al hecho de asociarnos con otros nudistas para defender aquellos que podríamos llamar “nuestros espacios”. Seguimos valorando la decisión en términos de coste-beneficio y jugamos con la idea del mal menor. El beneficio es que si colaboramos en defender estos espacios los seguiremos manteniendo para la causa nudista, pues la otra opción exige que nos dispersemos y nos arriesgaremos a perder los espacios ya conquistados. El mal menor será perder la opción de la mayor ganancia: nos quedamos en nuestros guetos y perdemos un mundo de posibilidades.

     Aunque pueda parecer enrevesado, el dilema del prisionero nos viene muy bien para reflexionar, pues las decisiones que tomamos como nudistas, las tomamos sin saber qué hará el resto de nudistas, tan sólo lo podemos intuir y tomaremos nuestra decisión personal valorando los diferentes escenarios posibles. En cualquier caso la enseñanza que extraemos de este dilema es que ante el desconocimiento de qué harán exactamente los demás, cualquier decisión va a implicar una pérdida, aunque siempre intentemos perder lo mínimo posible.

     Yo tengo mi opción clara pero esta entrada no trata de eso, sino de plantear el conflicto entre ambas posturas y ofrecer un marco teórico y filosófico para debatir sobre el dilema. Habrá tiempo de mostrar mi opinión de manera clara en futuras entradas, creo que recurriré a nuestros  hermanos franceses para hacerlo.

     No me resisto a ofreceros un último aporte. Cuando se ha planteado el dilema del prisionero en diferentes estudios, la mayoría de los participantes optan por competir. Sin embargo, en 1980 el investigador Robert Axelrod hizo el dilema de manera sucesiva, los participantes repetían el dilema una y otra vez y conocían los resultados de los test anteriores, lo sorprendente es que a la larga los participantes que decidían ser leales tomaron ventaja y ganaron.


     Vivimos en un mundo que nos incita constantemente a competir y ser ambiciosos, pero ¿realmente es esta nuestra naturaleza y/o nuestra opción personal?


Eladio. 

14 comentarios:

  1. Pedazo de artículo. Sinceramente, me ha encantado. Yo también tengo mi opinión al respecto, pero ciertamente al leer esta entrada no puedes evitar reflexionar sobre el asunto. Fantástico 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Viajero. Me alegro mucho que te haya gustado el artículo, y aunque tengas clara tu visión, te haya hecho reflexionar. Esa era la idea, en definitiva, que reflexionemos juntos y podamos tener otras herramientas para analizar las estrategias con el objetivo de disfrutar de nuestra "afición" favorita: ¡estar desnudos! Un abrazo grande.

      Eliminar
    2. Me encanta cuando me haces pensar...
      Nunca hubiese relacionado este viejo dilema conocido con el hecho de practicar nudismo de manera "libre" o "supervisada".
      Pero encuentro muy sugerente esta relación.

      Eliminar
    3. Cómo me alegra hacerte pensar, Langas. El dilema es muy conocido y a mí me apasiona, no sé si alguna vez se habrá usado en este contexto, por eso me parecía muy estimulante utilizarlo.
      Muchas gracias, qué ilusión que te pases por aquí. Un abrazo!!!

      Eliminar
  2. Muy interesante el dilema que nos presentas Eladio y actualmente piedra angular en el desarrollo del nudismo.
    Ahora habría que plantearse otras cuestiones secundarias a la decisión que mayoritariamente se tomara. Si la mayoría elige COMPETIR, realmente ¿iremos conquistando todo el espacio público para desnudarnos con libertad o por el contrario esto encendería a la mayoría textil y se iniciaría una continua proclamación de leyes y ordenanzas prohibiendo el nudismo en espacios públicos no autorizados?
    Por otro lado, si la mayoría elige COLABORAR, ¿eso aseguraría totalmente que los textiles no invadirán esos espacios nudistas, ya que legalmente no se puede prohibir a nadie el acceso a cualquier espacio público?
    Desde luego el dilema está servido… Lo único que tengo claro es que, como todo en esta vida, cuantos más seamos haciendo una cosa y/o la otra, más posibilidad tenemos de perder lo menos posible. Igual tendríamos que mirar lo que hacen otros países en los que el nudismo está mucho más avanzado y respetado que en el nuestro.
    ¡¡Muy buen artículo tanto en su exposición como en la forma de sacar a relucir el trasfondo de nuestra situación para hacernos reflexionar!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy interesante lo que cuentas Nakedu.
      La clave creo que está en lo que dices, cuantos más seamos en una u otra opción, menos perderemos, el problema es que somos muchos, tenemos puntos de vista diferentes y no tenemos posibilidad de ponernos de acuerdo, porque no sabemos cómo va a actuar el resto.
      De ahí que las asociaciones, los foros, los blogs, o incluso las páginas de facebook, sean herramientas muy potentes para que establezcamos un diálogo con otros nudistas y planifiquemos acciones conjuntas ¿seremos capaces de ponernos de acuerdo?
      Me parece muy buena la sugerencia de mirar a nuestros vecinos, para ver qué están haciendo y cómo han conseguido avanzar. Abrazo grande y gracias!!

      Eliminar
    2. Gracias Eladio.
      Yo también creo que en la unión está la fuerza y que cuantos más seamos más fuerza tendremos. Además las dos opciones no son excluyentes sino complementarias y ambas necesarias. Yo me puedo sentir más cómodo en una de las dos opciones, pero de vez en cuando también puedo participar y hacer actividades de la otra, y de hecho, eso hago!!
      Un abrazo!!

      Eliminar
    3. Totalmente de acuerdo contigo, yo creo que debatir nos enriquece a todos aunque no estemos de acuerdo. También veo ventajas en las dos opciones y como he dicho, en cualquiera de las dos vamos a perder algo, así que no hay una solución ideal, al menos en este mundo raro en que vivimos.
      Además me ocurre como a ti, al final acabo encajando en ambas opciones, aunque utilice mucho más una que la otra. Abrazo... desnudo, siempre!!

      Eliminar
  3. En los blogs, o foros o cualquier tipo de medio de comunicación, no solo vale tener una idea, lo importante es saber comunicarla, encontrar el modo de hacer que esa idea se entienda y que llegue a todo el que la lea y pueda comprenderla. Sea mediante una información exhaustiva o con una pequeña historia que hilvane lo que queremos transmitir.
    Tu eres un gran comunicador y lo vemos en cada uno de tus artículos, nuevamente enhorabuena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Quique, qué ilusión leer este tipo de comentarios. Cada persona tiene un estilo comunicativo, es bonito ir encontrando el propio. Me alegra que veas que soy capaz de transmitir ideas a mi manera. Y me encanta compartir esta aventura contigo, abrazo gigante!!

      Eliminar
  4. Es verdad, un artículo muy interesante y que nos lleva a pensar...Yo como soy una "cobarde" en el mundo nudista, me quedaría en determinados espacios pero junto a otros nudistas, no soy yo de invadir y desnudarme en cualquier lugar. Pero lo que sí creo es que la lealtad es importante, ya sea entre ladrones o entre nudistas ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que esto quede entre tú yo yo, mujer anónima: yo no me considero cobarde, pero también me encuentro más a gusto entre otras personas nudistas. Muchas gracias por tu comentario lleno de sabiduría: sí, la lealtad es muy importante. Gracias y abrazo grande!!

      Eliminar
  5. Very thoughtful writing with a well reasoned point
    Had a similar discussion here https://clothesfreelife.com/2016/10/us-and-them-collaboration-or-competition-in-the-online-space/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Homeclothesfree, por darnos a conocer tu blog. Estamos encantados de generar sinergias a nivel internacional. Un abrazo!!

      Eliminar