Nueva visita naturista excepcional el 3/07
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Nudismo en la Isla de La Graciosa |
Me resulta extremadamente fascinante pensar en la dualidad de la tabaiba, una planta tan dura, tan resistente, tan resiliente y al mismo tiempo endémica, en peligro de extinción si no la cuidamos.
Tabaiba, planta endémica de las Islas Canarias |
Quiero pensar que así es el nudismo. Entre quienes nos llamamos nudistas hay una sensación constante de crisis, nuestra práctica está cada vez más acotada, más reducida, más acorralada, amenazada de muerte. Se acabaron los años de esplendor, auge y desarrollo del nudismo. Y sin embargo, tengo la certeza de que a semejanza de la tabaiba, tenemos una capacidad de adaptación y resiliencia admirables y dignas de sentir orgullo. Cuanto peor es el entorno, mayor es la resistencia. Así estemos sin agua o sin aliento, no importa, con un poco es suficiente, por no necesitar no necesitamos ni ropa. Como dicen los isleños: ¡¡somos cabesúos, mi niño!!
Lanzarote no es el paraíso del nudismo, al menos hoy en día. O quizá yo no lo he sabido o podido descubrirlo como tal. La isla, eso sí, merece una visita porque es un paraíso en sí. Y si quieres nudismo lo puedes tener, tanto como desees, aunque tengas que acotarte a lugares muy específicos o buscar rincones solitarios que también es posible en esta isla, a eso los nudistas ya estamos acostumbrados. También está la opción de quitarte la ropa donde te apetezca, ya sabemos que eso en España es legal y Lanzarote aunque geográficamente esté en el continente africano, es territorio español. Además hay muchas posibilidades de que en cualquier época del año tengas buena temperatura para la ausencia de ropa. Eso sí, el viento a menudo te hará compañía.
Yo he viajado a Lanzarote en marzo de este año. Me encanta la posibilidad de ir a Canarias fuera de temporada, cuando en mi tierra aún hace frío y saber que allí vas a tener sol y playa. La verdad es que no sé por qué no voy más, la vida a veces es complicada y no deja espacio para lo importante.
Me contaron que han tenido un invierno complicado, con mucha calima. Lo llamativo es que fue ir a Lanzarote y que la calima llegase a la península, curioso fenómeno que me perdí, sin ninguna pena, tengo que decir. Lo que sí tuve bastante en la isla fue viento, pero cuando vas allí ya cuentas con ello.
Una de las calles que da acceso al mar. |
El lugar que más ganas tenía de visitar era Charco del Palo, ese pequeño pueblo nudista que no te puedes perder si visitas la isla y que tan imaginado tenemos quienes somos nudistas. Leo en internet que el pueblo fue fundado en 1970 por el alemán Gregor Kaiser. Se encuentra bastante aislado así que imagino que puede ser un lugar bastante cómodo para quienes se inician en el nudismo y huyen de playas muy concurridas donde la invasión textil es más que probable.
Te encuentras a gente haciendo nudismo por sus calles, entre las viviendas y en las zonas próximas al mar. Mi sensación en este sentido fue muy agradable. También hay algún restaurante aunque yo no llegué a entrar. La población de Charco del Palo ascendía a 144 habitantes en 2019 así que os podéis imaginar que por mucho turista que vaya, no va a ser un lugar masificado. No sé lo que ocurrirá en verano pero para mí fue una sensación muy agradable.
Vista de una de las piscinas de Charco del Palo |
Eso sí, lo más importante a tener en cuenta de este lugar es que no hay playa. Puedes bañarte, por supuesto, pero el paisaje que te vas a encontrar es de acantilado, roca negra y piscinas "naturales". También puede resultar llamativo la forma en que se busca el refugio del viento, con las habituales colocaciones de piedra en círculos para tumbarte dentro y estar más cómodo en días revueltos.
Cuando llegué por la mañana no había nadie y pude hacer algunas fotos que comparto en esta entrada, posteriormente empezó a llegar gente y ya no me pareció oportuno hacer fotos, por respeto a la tranquilidad e intimidad de quienes estaban allí disfrutando de su día y de su libertad.
Por lo demás, mi viaje no tuvo como finalidad practicar nudismo pues viajé con amigas textiles, así que queda pendiente una visita para explorar más este aspecto de la isla. A veces está bien hacer planes diferentes para conocer los lugares, sobre todo si vas con gente con la que merece la pena compartir tiempo y experiencias. Lanzarote me parece un lugar maravilloso para perderte, aunque lleves ropa, pero el objeto de este blog no es promocionar el turismo textil, que eso es fácil de encontrar en cualquier búsqueda rápida en internet. Eso sí, si eres un apasionado de las plantas, no te pierdas el jardín de cactus, para mí un lugar maravilloso en el que por desgracia, no puedes estar desnudo.
Hasta aquí mi crónica nudista de Lanzarote, habiendo evitado hablar de Timanfaya, los Jameos del agua, la Cueva de los verdes, el Mirador del Río, Papagayo... pero que son sin duda, visita obligada y que vais a disfrutar también.
Amigos, aunque seamos fuertes y resistentes, no dejemos de cuidar el nudismo, no dejemos de practicarlo, no dejemos de difundir sus virtudes y promocionar los lugares de tradición nudista pues como la tabaiba, necesitamos un mínimo para sobrevivir.
Eladio.
El zar Nicolas II en un lago de Finlandia |
El trasero de Nicolás II, el último Zar de Rusia, se ha convertido estos días en objeto de debate y chanza en redes sociales. Una serie de fotos de Nicolás nadando desnudo en un lago finlandés, pertenecientes al proyecto Romanov100, han recordado que el pudor es una construcción social bastante reciente. A principios del siglo XX, monarcas como el ruso o el británico Eduardo VIII, al que se le atribuye exportar el nudismo a las playas de Croacia, no dudaban en bañarse como Dios los trajo al mundo incluso delante de reporteros gráficos. Cosas de la época…
El zar Nicolas II bañandose con miembros de su séquito en un lago de Finlandia |
Fotografía del viaje del rey a las Hurdes |
Gregorio Marañón en su biblioteca. |
«Fueron siete duras jornadas a caballo,
por caminos difíciles y abiertos en la roca. […] Había que ordear montañas a
unas alturas escalofriantes y yo he visto al rey que en algunos trechos tenía
que bajarse de caballo y pasar a pie, porque tenía vértigo y le daban mareos.
[…] En el curso de cada jornada pasábamos un calor sofocante».
«Esa fotografía, cuyo cliché le entregué
al rey en París, no sé cómo llegaría a manos de El Caballero Audaz en tiempos
de la República. El caso es que la publicó en la portada de un libro… ¡En fin,
más vale no hablar de eso!».