lunes, 16 de enero de 2023

Bendita senectud nudista

Hace unos días publicamos un artículo que se llamaba “Juventud divino tesoro”, cuyo autor fue Quique, que ya peina más canas que yo, y no es porque tenga más que yo (que las tiene) sino porque yo tengo menos pelo que él. En él, lanzaba una pregunta dirigida a la juventud sobre por qué su poca implicación en la forma de vida nudista.

Yo esta vez me voy a poner justo al otro lado, al lado que ya tanto Quique como yo cada vez nos acercamos más, pues cumplimos años (¡gracias a Dios!) de forma inexorable y nos vamos acercando (o ¿ya hemos llegado?) a ese tramo final que esperemos que sea lo suficientemente largo para seguir disfrutándolo en condiciones aceptables.


Sin duda, nosotros estamos caminando por el tercio final de nuestro sendero, pero mirando hacia atrás desde el punto de vista nudista, creo que hemos sido afortunados del camino recorrido y de las huellas que hemos dejado.

Como ya os conté en mi presentación, allá por febrero de 2018, yo me siento nudista desde muy joven y me he desnudado en lugares públicos también siendo joven, al principio solo y después acompañando por mi mujer, mis hijos y algunos familiares y amigos que se unieron a esta forma de vida. 

Y en ese tiempo, aunque no existía internet ni redes sociales y tampoco era fácil conseguir información sobre lugares, actividades nudistas ni asociaciones, es posible que viviéramos uno de los momentos de más auge de las libertades individuales y el nudismo se consideraba una forma de expresión de ellas, y aunque tampoco fuera totalmente tolerado, era bastante menos perseguido que en la actualidad.

Es cierto que las redes sociales han ayudado mucho a conectar y favorecer la cooperación entre los nudistas, pero también han traído el riesgo de que se conozcan muchos de los lugares que habitualmente se disfrutaban desnudos, favoreciendo la invasión textil y también de estar expuestos a consecuencias no deseables, realizadas por gente que se esconde tras el nudismo para otras cuestiones. No es agradable que una foto tuya pueda salir en redes sin tu consentimiento, y siendo esto una de las causas principales que quizás frenan y obstaculizan a los jóvenes a exponerse desnudos, con el tiempo, aunque tampoco sea agradable para nadie, esto se empieza a ver con otra perspectiva e indiferencia.

Fue sobre el año 2010-11 cuando, quizás en plena madurez personal y con el auge de internet (las redes sociales si existían estaban aún en pañales), cuando tuve la suerte de conocer un foro nudista y gracias a él, conocimos a mucha gente que compartía esta forma de vida (entre ellos a Quique y a Eladio, con los que surgió la idea de iniciar este blog), con la que pudimos quedar y comenzar el nudismo social, el asociacionismo y… el activismo nudista.

Hoy, después de estos intensos 13 años nudistas, y caminando desde la madurez hacia la senectud, las cosas me las empiezo a tomar de diferente manera, de una forma más tranquila y sosegada y con cierta perspectiva. Sigo disfrutando desnudo, cada vez más, saboreo cada momento en que lo estoy, y aún más si lo comparto con gente con la que me siento a gusto, y no me interesan las discusiones ni entrar en disputas nudistas absurdas. Me gusta seguir escribiendo en el blog, aunque quizás disminuyendo la frecuencia de nuestras publicaciones, que después de 5 años es posible que también haya que respirar un poco más despacio.

Miro a mi alrededor y veo esa cantidad de extranjeros y españoles jubilados que vienen a mi ciudad, de clima agradable todo el año, a disfrutar desnudos y es el espejo en el que quiero verme reflejado. Quiero aprovechar el clima de donde vivo y hacer todo lo que me gusta desnudo, seguir con esas caminatas nudistas, con veladas en spas, barcos, juegos, quedadas, comidas, playas, campings… y todo lo que vaya surgiendo, bien por iniciativa nuestra y de nuestros amigos o bien las que nos brindan nuestras asociaciones nudistas.

A esta edad, yo que soy una persona tímida, he perdido la vergüenza física, de la que me siento totalmente liberado, aunque mantengo otras, la vergüenza ajena o la vergüenza a que invadan mi intimidad personal.

Y quiero dar las gracias a todos, los que caminan por delante de mí, que han servido como ejemplo de nudismo, a los que caminan a mi lado, por la compañía que me dan en esta forma de vida y también es necesario, no solo animar, sino intentar ser ejemplo para que esas nuevas generaciones que vienen detrás nuestra, esa "Juventud divino tesoro" a la que hacíamos referencia en nuestro anterior artículo, sigan tomando el relevo en vivir, disfrutar y promocionar esta magnífica forma de vivir desnudos.

Fotografía cedida por Cultura Nudista

Con el tiempo te das cuenta que lo importante es andar el camino de tu vida por la senda que a ti te gusta y ser feliz a tu manera, porque a la manera de los demás, los únicos felices son ellos. 

Ojalá los jóvenes se dieran cuenta de esto lo más pronto posible, porque la vida pasa volando y en un abrir y cerrar de ojos llega la ¡¡Bendita senectud nudista!!


Nota: Las fotografías de este articulo son personales o proceden de google. Si encuentras alguna tuya y no deseas que esté en nuestro blog, avísanos y la eliminaremos.

8 comentarios:

  1. Precioso artículo, para eso estamos los jóvenes, para seguir este precioso metodo de vida!

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    1. Muchas gracias!! Confiamos en la juventud divino tesoro ;).

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  2. Respuestas
    1. Nos alegramos que te haya gustado y gracias por seguirnos!!

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