lunes, 26 de agosto de 2019

The daily portrait project

Una obra de arte no se hace para ganar elogios y reconocimiento. Una obra de arte surge de la tensión interna, a veces incluso del sufrimiento. Se origina en el sentimiento de no ser comprendido, el sentimiento de no tener sentido y ser ignorado; y, al mismo tiempo, de la necesidad de decirle al espectador algo. La creación artística es una confrontación con uno mismo. Es una búsqueda de un tema personal y un refinamiento de la forma de uno. Es una comunicación de contenido de una manera que es universal e inacabada. 



El proyecto visual Daily Portrait es precisamente este tipo de comunicación. Refleja al ser humano en el mosaico de diversas imágenes de la sociedad contemporánea. Refleja al ser humano tal como es en este día, sin la selección y los criterios sesgados de los medios de comunicación tradicionales, sin la preferencia de raza, perfección física, orientación ideológica o sexual. 

En el volumen fotográfico inicial de Daily Portrait, el artista visual Martin Gabriel Pavel capturó en su taller de Smichov a cualquiera que quisiera participar en el proyecto: jóvenes, ancianos, físicamente atractivos y físicamente poco atractivos. Personas semidesnudas o en ropa interior. Personas con mentes abiertas. Así surgió el primer mosaico de humanos contemporáneos. 

En el siguiente año, el proyecto se expandió a las calles de Praga. Se propuso mapear los lugares más variados en su apariencia auténtica a través de la lente de una cámara de fotografía instantánea Polaroid. Instantáneas a color rectangulares fueron presentadas en exposiciones individuales, y el segundo volumen se completó con la publicación de una caja rectangular llena de la colección de imágenes. Una obsesión con la fotografía diaria de más y más piezas de mosaico dio como resultado la decisión de continuar con la encarnación más reciente de este proyecto, cuyo resultado está ahora en sus manos.

Esta vez, la atención de Martin se centró en otra ciudad europea, Berlín ... y así surgió el Daily Portrait Berlin. Después de que el segundo volumen de esta publicación llegara a manos del fotógrafo checo Marek Kucera, con sede en Potsdam, le ofreció a Pavel su apoyo para un proyecto en Berlín. 



Inicialmente, se tomaron quince imágenes; aún así, influenciado por el encuentro con Marek Kucera y por su explicación de un proyecto nunca antes ejecutado en fotografía comercial, Pavel decidió reescribir su intención cambiando su rol del de fotógrafo al de coordinador. En este nuevo proyecto, se pasó una sola cámara de mano en mano, de una persona dispuesta a participar en el proyecto a otra. Cada uno de estos seres humanos abrió su espacio íntimo y desnudó su propio cuerpo frente a otro miembro de la cadena. 



Extraños completos estaban dispuestos a abrirse y tomarse fotos unos a otros. Sus historias de vida estaban conectadas por la cámara. El mismo Pavel se convirtió en una unidad de control, encadenado a la computadora y listo para resolver de forma remota, pero en tiempo real cualquier problema y obstáculo con el que su cámara puede chocar. Se convirtió en un autor hikikomori, aislado voluntariamente de cualquier suceso mundano con un único objetivo: terminar esta obra con éxito.



Dentro de los 18 meses de su creación, el principio de este proyecto ha cambiado la vida de 381 berlineses. Esta cámara itinerante tiene historias de vida interconectadas que antes habían sido paralelas. Se han escrito nuevas historias. Se creó un mosaico de sociedad libre de prejuicios. 



Todos los días se tomaba una nueva foto. Cada día, otra persona desnudaba una parte de su ser privado ante un extraño. Todos los días, otra persona se convirtió en el fotógrafo, capturando una parte de su vecino desconocido hasta entonces. En el libro que documenta el camino de la cámara itinerante, puedes ver todas estas historias. Puedes ver como sucedieron. 



Vivimos en un tiempo dominado por las industrias publicitarias y las redes sociales, los medios de comunicación tienen una forma diferente de influir en nuestra noción de quiénes debemos ser, cómo debemos vivir y qué debemos sentir. El ideal de la belleza. creado por películas y comerciales, se refleja en la avalancha de selfies de estilo donde todos intentan lucir hermosos, para ilustrar la vida en un apartamento hermosamente decorado o al menos para crear la ilusión de esta belleza en Internet. Sin embargo, ni siquiera un gran número de "me gusta" trae la sensación de verdadera felicidad.



Contrariamente a las imágenes presentadas en las redes sociales, las imágenes en el Daily Portrait Berlin no mienten. Traen la verdadera imagen de la sociedad de las manos de 381 ciudadanos de Berlín que, aunque solo sea por un solo día, se convirtieron en fotógrafos y modelos. Estas son imágenes de personas que se liberaron, aunque solo sea por un momento, de sus prejuicios y temores y se desnudaron frente a un extraño. Estas son imágenes de personas que experimentaron emoción con esta nueva sensación y se convirtieron en creadores activos en proyectos artísticos. Han creado una historia sobre la apertura de su propio espacio íntimo, no solo a otra persona, sino al mundo entero. Han demostrado su propia fuerza.



Daily Portrait Berlin es un principio que conecta a las personas independientemente de su edad, género, orientación sexual, riqueza material, raza u origen nacional. Captura los momentos de encuentros inesperados. Por lo tanto, los nuevos roles y las nuevas historias humanas bajo la dirección de Pavel están aportando información como un jugador en el juego social. 



Muestran reuniones casuales, momentos de sorpresa y el proceso creativo de dos extraños, uno de los cuales está completamente desnudo. Daily Portrait Berlin no es una enciclopedia de subculturas. Daily Portrait Berlin muestra la variada imagen de la gente de hoy, conectada por una actitud común hacia la comunicación con el mundo. Esta actitud hacia el mundo y la forma de captarlo cognitivamente está cambiando la sociedad. Ayuda a la sociedad a crecer. Ayuda a su gente a vivir juntos para respetarse y complementarse entre sí, para crear una comunidad y compartir un sentido de pertenencia. Daily Portrait Berlin no está evaluando o juzgando. Presta espacio al ser humano real. Muestra la verdad sin censura; Un mundo auténtico en lugar de uno ficticio. Ayuda a su gente a vivir juntos para respetarse y complementarse entre sí, para crear una comunidad y compartir un sentido de pertenencia. Daily Portrait Berlin no está evaluando o juzgando. 



En sus 437 páginas, este libro ofrece información sobre la identidad de los humanos contemporáneos. Muestra interiores que reflejan las personalidades de sus inquilinos. Muestra cómo vive la gente, cómo se siente. Muestra tanto la desnudez como la timidez ... y muestra alegría. Destruye las barreras. Se está convirtiendo en una herramienta de interacción social. 

La obra de arte aquí presentada ha surgido de la obra, de la curiosidad, de la sed de aprendizaje y de muchas situaciones e impulsos no intencionales e imprevisibles. El diseño gráfico de esta publicación es obra de Marek Kucera. Su concepción organizada cronológicamente permite que las fotografías individuales se destaquen y les da a cada una de ellas el espacio suficiente para narrar toda la historia. El libro también incluye registros de conversaciones auténticas e impresiones de sus protagonistas individuales. Es una narrativa visual completa que confirma la universalidad de la fotografía como un medio para cualquier persona, independientemente de sus talentos o habilidades artísticas, sin el requisito de la perfección. Este proyecto se extiende más allá de la frontera que divide el mundo del arte académico y el mundo de la gente común. Aporta un modelo de interacción interpersonal inspirador, pero funcional, del que puede ser parte en su propia ciudad. 

Texto: Bara Alex Kasparova




DAILY PORTRAIT BERLIN BOOK from Daily Portrait on Vimeo.
Más información sobre este proyecto en:










viernes, 16 de agosto de 2019

Los revolucionarios del desnudo: hacia un mundo mejor.


¿Llevamos la revolución en la piel?
     Las revoluciones, más allá de conseguir el objetivo de sus promotores, siempre han provocado cambios. Hace dos mil años, un hombre llamado Jesús de Nazaret determinó el futuro de Occidente, más allá de la fe de cada uno, hasta el punto de que nuestro calendario viene determinado por su nacimiento. Bastantes siglos después, la Revolución Francesa instauró las bases de las democracias modernas y su separación de poderes. 
     La Revolución Industrial convirtió una sociedad rústica en otra maquinizada, que fue la fase beta de nuestra sociedad actual a través del crecimiento exponencial de la tecnología y la ciencia. Son solo tres ejemplos de revoluciones que, desarrollándose a nivel local, tuvieron repercusiones globales y cambiaron el mundo que habitamos hoy nosotros.

"Metáfora de la revolución industrial". Daniel Romero. México.
     
     Hoy, varios movimientos sociales pretenden provocar sus particulares revoluciones. El movimiento ecologista exige que el concepto de sustentabilidad se convierta en acciones reales. Los movimientos LGTB o los que luchan contra la discriminación racial alzan su voz contra los gobiernos de distintos países que ponen en riesgo los avances alcanzados en el reconocimiento de derechos y libertades. Los anticapitalistas, por su parte, están cada vez más asediados contra el sistema de consumo y la precariedad laboral que algunos llaman economía colaborativa. ¿Tienen relación entre sí estos movimientos o están relacionados sus activistas? La respuesta es, como norma general, negativa. Tal vez, a nivel particular, algunos de sus activistas representen ciertos intereses comunes de varios de esos movimientos. Pero como tal, o como principales organizaciones que los representen, las relaciones son escasas y el cambio social difícil por el momento.



Nudista iniciando... ¿su propia revolución?
     Sin embargo, hay un colectivo que une, de manera expresa o tácita, muchas de sus principales reivindicaciones. Se trata del nudismo. El nudismo es, por definición, radical y revolucionario. Se trata de un movimiento antagónico en sí mismo. ¿Hay hoy un movimiento más natural y a la vez controversial que el nudismo?
     Probablemente la respuesta, en este caso, también sea que no. Y en esa contradicción radica su valor revolucionario. Nacemos desnudos, como cualquier otro animal. Sin embargo, rápido nos comienzan a vestir. Más tarde nos enseñan a sentir vergüenza. Y cuando somos adultos, nos prohíben la desnudez. El motivo bien pudiera ser el peligro que puede representar el nudismo para las bases de la sociedad actual. Como nudistas, no entendemos la ropa como parte del lenguaje no verbal que nos da estatus y fomenta el consumismo. Sin ropa, nuestro color de piel da igual porque nos damos cuenta de que somos iguales. Y el morbo de la sexualización con la que nos bombardean a diario desaparece, dándole al sexo el lugar que merece, ni más ni menos, en el ámbito privado. Desnudos desaparece la discriminación por condición de género, sexo o raza y somos más libres y sustentables.


Nudistas por un mundo mejor.

     Es por eso que cuando un nudista se dispone a pasar un rato de tranquilidad y conexión con la naturaleza, al desnudo, sin quererlo está dando un gran ejemplo. Y eso conlleva también una gran responsabilidad. Cada uno de los nudistas lleva en sí mismo un auténtico revolucionario que busca un mundo mejor. Y el mundo, para ser mejor, necesita de más nudistas.

Antonio.


martes, 6 de agosto de 2019

Flacos favores periodísticos

Llega el verano y con él, las vacaciones, lo que hace que los periódicos, que tienen que seguir rellenando páginas y mantener o incluso intentar aumentar sus ventas, tengan que buscar noticias, posiblemente más escasas en esta temporada y se centran en actividades relacionadas con esta estación para atraer la atención de los lectores. 



Y, cómo no, hacer un recorrido por las playas del país o del mundo, las más bonitas, las más solitarias o las más marchosas, suele ser un recurso muy socorrido y, por supuesto, para realmente llamar la atención, no podían faltar los artículos que hagan mención a las playas nudistas y al nudismo.



Podemos pensar que el que hagan visible la filosofía nudista es importante, pues ayudaría a normalizar y tolerar nuestra forma de vida, sin embargo, en la mayoría de los casos, los medios de comunicación utilizan el nudismo como gancho para atraer la atención, pero luego el tratamiento que hacen del mismo suele ser frívolo y, en muchas ocasiones, en vez de favorecernos puede incluso perjudicarnos y una mala publicidad del nudismo nos acarrea mucho más perjuicio que beneficio.

Y son muchas las formas las que el periodista puede perjudicar al nudismo.



Así, unas veces, el artículo invita a visitar a muchas de las maravillosas playas de tradición nudista que hay por nuestro litoral, como Cantarriján, Bolonia, Genoveses, Playa de los Muertos, Racó del Conill, Torn, etc, pero se olvidan de comentar lo más importante de esa playa, que es, precisamente, su tradición nudista. 

Esto favorece claramente la textilización de las mismas, ya que el que lea el artículo y le guste la playa, no se planteará en absoluto que lo característico de esas playas es el nudismo y que lo adecuado para disfrutar de ellas es hacerlo desnudos. Es posible que, debido a su desconocimiento, cuando lleguen a la playa y vean que hay personas desnudas, en un principio se lleven, como mínimo, una sorpresa, y aunque en algunos puede despertar el conocimiento del nudismo y por qué no, incluso se atrevan a probarlo, la amplia mayoría, ni se lo plantearán y permanecerán en ellas con sus bañadores, e incluso es posible que les cause enfado, disgusto, irritación, indignación, o ira y la descarguen contra los propios nudistas. Si el porcentaje de textiles que visitan esa playa se hace mayoritario, las consecuencias para el nudismo en dicha playa serán nefastas.



Sin embargo, sí es frecuente que mencionen y enfaticen el carácter nudista de una determinada playa cuando haya ocurrido alguna situación negativa en la misma. Hace poco tuvimos el ejemplo en una playa de Cullera, y aunque  el remarcar el carácter nudista de la misma no aportaba nada al hecho en sí, el hacerlo está claro que perjudica al nudismo.

En otras ocasiones, lo que hacen es utilizar titulares morbosos y sacados de contexto, para atraer la atención del lector, aunque luego el contenido del artículo refleje de forma bastante fidedigna la filosofía nudista.



También suelen aparecer noticias falsas, las actualmente conocidas fake news, donde en un momento determinado del artículo también ponen su punto frívolo con el nudismo.

Y es muy recurrido el recurso de que, aunque una actividad se haya desarrollado con total normalidad, se centren en cualquier declaración  aislada contraria al nudismo, buscando la polémica o el sensacionalismo y más si utilizan el escudo de los niños para atacar al nudismo, como ocurrió en la celebración el pasado día 21 de julio del Día sin bañador, en la piscina de Aluche en Madrid.




Y por supuesto, lo más recurrido es intentar sexualizar el nudismo. Los nudistas no somos asexuales, ni condenamos las diversidades de prácticas sexuales, pero separamos las prácticas sexuales para ambientes que les son propios.

Y lo peor de lo peor es el reportaje que el pasado día 29 de Julio pusieron en Canal Sur de Andalucía, realizado en la playa de Vera. No puede ser un reportaje más zafio, frívolo y malintencionado, donde han utilizado el nudismo para explicar precisamente lo opuesto a lo que realmente es. Este tipo de reportajes si que nos hacen gran daño. ¡¡Deplorable!!

Hay una conocidísima cita de Oscar Wilde que reza así: “Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti.” (en inglés: “The only thing worse than being talked about is not being talked about”).

Bajo esta premisa podríamos deducir que lo importante es “que hablen del nudismo, aunque sea mal”. Y es que, como todos sabemos, venden más las malas noticias que las buenas, y sobre todo si son morbosas o escandalosas, mejor que mejor.

En estos casos yo discrepo totalmente de esta cita, es más, creo todo lo contrario, si hablan de nudismo es fundamental que expliquen lo beneficioso y positivo del mismo y si no es así, mejor que no hablen de él.

Nakedu

viernes, 26 de julio de 2019

¿Deben mostrarse los padres desnudos delante de los hijos?


  • Desnudez y pudor son las dos caras de una misma moneda.
  • Cuando los padres de niños entre 0 y 6 años se muestran desnudos con naturalidad en casa, su autoestima es mejor en su juventud.



El cuerpo de los niños nace libre de ideologías, religiones o modas. Para ellos es un terreno de juegos, un laboratorio para hacer experimentos y un vehículo para descubrir su mundo. Gracias a él construyen su primera identidad, un "miniyo" corporal, al que los padres van dando forma con sus cuidados y protección. Enseguida la desnudez libre del niño se ve recorrida por su cultura, pues cada sociedad tiene sus propios protocolos sobre cómo mostrar el cuerpo, hasta el punto de que la desnudez puede utilizarse como una forma de reivindicación. Su cuerpo recibe, también, los valores de sus padres que, como parte de su tarea educativa, le indican donde está la frontera entre lo permitido y lo prohibido. Desnudez y pudor son las dos caras de la misma moneda: el respeto al cuerpo. Los niños aprenden a saber dónde acaba una y comienza el otro en su propia casa, observando a sus padres y hermanos.

La desnudez en la primera infancia: educar es descubrir



La respuesta ante la desnudez tiene sus etapas. El hecho de que los niños pequeños vean a sus padres sin ropa no supone ningún trauma. Los estudios del psicólogo de Paul Okami, de la Universidad de Los Ángeles, indican que cuando los padres de niños entre 0 y 6 años se muestran desnudos con naturalidad en casa, su autoestima es mejor en la juventud y se sienten más cómodos con su cuerpo. Cuando los niños tienen esta edad bañarse juntos puede ser una oportunidad de juego y diversión. 



A partir de los 2 años, podrán ya percibir que su cuerpo y el de sus padres es diferente: comenzará su curiosidad y sus ingenuas preguntas. Es el momento de responder sinceramente con un lenguaje adaptado a su edad. Si así lo haces ayudarás a tu hijo a construir la confianza en sí mismo. Si la desnudez te incomoda es buena idea recurrir a otras estrategias como los dibujos o usar muñecos (hace años los muñecos eran asexuales, ahora son más realistas en este sentido). O superar -si las hubiera- tus dificultades producto de tu educación. Lo fundamental es no estigmatizar en ninguna dirección el cuerpo del niño.

La desnudez en la infancia tardía: educar es respetar.



De los 6 a los 11 años comienza la necesidad de la privacidad. El cuerpo desnudo de papá y mamá que antes era un espacio conocido y natural genera incomodidad. Es probable que tu hijo empiece a mostrar las primeras señales de cuándo es el momento adecuado para un cambio de planteamientos: retira la mirada, se cubre, pide que no le abras la puerta del baño y que uses un vestuario privado en la piscina. Es la aparición del pudor infantil. Esta emoción surge de manera espontánea cuando el niño comienza a definir su individualidad y a marcar cuál es su propia frontera entre él y los demás.
Desde este punto de vista es una emoción positiva. No la confundas con la vergüenza tóxica que invalida, tiene que ver con la necesidad de intimidad y el respeto al propio cuerpo. Según el 'Journal of Pediatrics', una publicación respetada en el mundo de la pediatría, en esta edad "los hijos cuyos padres tienden a dormir en la misma cama, a bañarse juntos o a mostrarse desnudos suelen tener mayores niveles de conductas sexuales" aunque, matizan, esto lo provoca el liberalismo sexual en las familias no sólo la desnudez de los padres.
Cuando aparezcan las primeras señales de pudor, hemos de comenzar a cubrirnos. El cuerpo sigue siendo algo natural, pero también lo es cuidarlo, respetarlo y protegerlo. Necesitan incorporar normas y pautas. Hay que evitar forzarlos con frases "vergonzoso, no pasa nada" que le infantilizan. Si muestras respeto a tu hijo, él lo imitará: es una forma excelente de prevenir el abuso. Educar es socializar, pero no hay por qué socializarlo todo.


La desnudez en la pubertad: educar es elegir.



En la pubertad, los evidentes cambios corporales y la explosión hormonal activan la sexualidad, sobre todo, la genital. En esta edad suele haber un punto de inflexión con respecto al propio pudor. Este caso real ilustra esta etapa. A Juan y a su padre les gustaba estar desnudos por su casa. A los 8 años Juan, comenzó a taparse y le dijo a su padre que no le agradaba verlo aparecer en cueros al abrir la puerta de su habitación. Éste respetó su necesidad y comenzó a usar ropa interior. Ahora es un joven de 16 años que ha vuelto a mostrar su desnudez en casa cuando le cuadra, como también ha vuelto a hacerlo su padre, pero pide que se llame antes de entrar en su habitación. Lo importante para esta etapa es aprender a elegir.Para ello, han de desarrollar un criterio propio sobre lo que es privado y lo que es público, también, lo que es seguro o no mostrar a través de las redes.
Las peores opciones son sexualizar la desnudez, no respetar los límites o confundir al niño indicando que hay algo malo en su cuerpo. Mostrarse desnudo cuando es un juego para todos es una experiencia positiva, cuando tu hijo empiece a dar señales de estar incómodo ¡se acabó el juego y sigue el respeto!

Isabel Serrano-Rosa es psicóloga y directora de Enpositivosi


¿Desnudez o pudor? Lo mejor lo eliges tú.

Hace décadas era fácil ver corretear a los niños desnudos, pero no era habitual que los padres se bañaran o se mostraran sin ropas en su casa. Ver a papa en el baño o a mamá saliendo de la ducha producía sorpresa en los niños e incomodidad en los adultos. Cuando no se escuchaba un humillante "no te toques, cochino". La desnudez se convertía enseguida en espejo de contenidos sexuales. Más adelante, comenzamos a asumir que el cuerpo es algo natural y maravilloso sin zonas "impuras" que esconder. Hoy exhibirlo se ha convertido en una forma de comunicación y socialización que hay que aprender a manejar. Esto significa que no todo el mundo se tiene que sentir a gusto desnudándose o viendo la desnudez ajena. Cada persona tiene su pauta. Si tú, como padre, te sientes incómodo desnudo delante de tu hijo, él lo va a notar, usa tu ropa para relacionarte con él, con la misma naturalidad con la que otros progenitores pueden mostrar su desnudez ante su prole sin tapujos. Educar en el respeto empieza por uno mismo.

Fuente: 
https://www.elmundo.es/vida-sana/familia-y-co/2018/12/26/5c233c3ffdddff0d468b45dd.html

Imágenes: 
Excepto la segunda, el resto de imágenes no son parte del artículo. Las fotos en esta publicación provienen de Google. Si encuentras una tuya y no quieres que esté en nuestro blog, avísanos y la eliminaremos.

martes, 16 de julio de 2019

En mi territorio no

     Te levantas por la mañana con la ilusión de que un año más vas a pasar el día en tu playa favorita. Yo que odio madrugar me levanto como un rayo porque para ir a la playa no hay pereza que valga. Bocatas y bastante agua fría (vamos a una playa sin servicios), sombrilla, toallas y crema para el sol. Poco más ¡no hace falta bañador, que nosotros de eso no usamos!

     La anécdota que hoy comparto ocurrió en el mes de julio del año pasado, en una playa cualquiera porque realmente ese es un dato irrelevante, podría ocurrir en cualquier sitio de tradición nudista. Después de una caminata llegamos a la orilla de ese mar Mediterráneo que cada año me abraza con cariño, que me cuida, que me envuelve y me transporta a mi paraíso personal.

     La primera decepción era previsible, mucha tela cubriendo los cuerpos de quienes parece que no han descubierto el placer de la desnudez. No importa, es julio y era de esperar, no me van a amargar la jornada. Se pone en marcha una estrategia milenaria que todo nudista aprende a ejecutar de forma innata como si estuviera programada en nuestros genes más ancentrales y que ha sido transmitida de primate en primate sin necesidad de verbalizarla siquiera: buscar con la mirada la zona donde menos bañadores hay y dirigirnos presurosos hacia esa zona de la playa con la intención de hacer frente común.

     Bien, instalado el campamento solo resta disfrutar, por suerte aún queda una zona en la que los bañadores no han ganado la batalla. Pero aún quedaba una sorpresa en este bonito y soleado día de playa. Una familia compuesta por padre, madre, hija adolescente y dos niños más pequeños va caminando en busca del lugar en el que poner sus toallas y al acercarse a nuestra zona, comienzo a ejecutar uno de mis juegos favoritos que se desarrollan únicamente en mi cabeza: por su apariencia... ¿serán nudistas o textiles? Piensa, piensa, piensa.

     Prometo que durante un rato la balanza se inclinó hacia que eran nudistas, pero este juego sigue resultando apasionante (en mi cabeza) porque fallo de manera estrepitosa de forma habitual. Justo al pasar a nuestro lado la madre se para visiblemente sin aliento y propone quedarse ahí, pero sus hijos dicen que no. Ella insiste molesta y al parecer cansada pero sus hijos con mucha más fuerza dicen que no y que no y que no, el padre parece no tener opinión. No logro, a mi pesar, oír toda la conversación, pero finalmente y de forma muy clara oigo que la hija adolescente dice alto y rotundo "es que no queremos ver cosas".


     Cosas. No queremos ver cosas. COSAS. Eso es lo que dijo: cosas. Y puso mucho énfasis en la palabra final, como si le quemase en la boca. Si hubiéramos estado en un bazar chino entre las secciones de fiambreras y menaje del hogar, podría haber pensado que al hablar de cosas se refería a, no sé... ¿trapos de cocina, cintas de casette, cuadernos con sudokus, tazas de la Hello Kitty, mondadientes quizá? Pero estamos en una playa nudista y a pesar de tener el sol apretando fuerte sobre mi cabeza las neuronas me funcionan lo suficiente como para establecer la conexión.

     Cuando la niñata... perdón, cuando la educada y sincera adolescente con el móvil pegado a su mano dijo que no querían ver cosas y nos miró de reojo como con asco, se refería a genitales. Sí, los genitales de los nudistas son eso, cosas. A partir de ahora acuérdense: lo de mear se llama cosa.

     Suerte que hace años que no me fío de mi maltrecha y volátil memoria y tengo la costumbre de apuntar todo aquello que me parece relevante, así que observador y prudente saqué mi libreta de la mochila y me apunté la anécdota, que no estamos para desperdiciar este tipo de COSAS (en este caso no me refiero a genitales, aunque los genitales tampoco haya que desaprovecharlos, claro). Y ahora que se acerca el verano y soy consciente de que este tipo de situaciones las volveré a vivir una y mil veces, traigo a mi cabeza (previo repaso de la libreta) esta anécdota que me lleva a reflexionar sobre varias cuestiones. O quizá más que reflexiones tengo preguntas.

     ¿La educación recibida en casa influye en esta reacción de los hijos? No lo tengo claro, porque la madre parecía no tener problema en quedarse allí, pero habría que ver cómo se comportan en casa, si determinadas partes del cuerpo son un tabú, si se desnudan con naturalidad, si se esconden unos de otros, si una cosa son las palabras y otra los actos. Cuando los mensajes son contradictorios la respuesta es imprevisible.


     Pero voy más allá, porque el tema de la educación ya lo hemos tratado unas cuantas veces en este blog. Me preocupa que tengamos que aguantar este tipo de groserías, cuando no insultos, en nuestro propio territorio. Vale, ya sé que estamos en un espacio público y abierto, que la playa no es de nadie y que no es mi territorio, pero sinceramente, en un lugar en el que los nudistas llevan desnudándose décadas lo mínimo que espero es un poco de respeto. Y si no eres capaz de educar a tus hijos para que se callen la boca cuando ven cosas (cosas por dios ¡¡cosas!!) te pido que te los lleves a una playa en la que no vayan a visualizar genitales al aire ¿es mucho pedir?

     Y sólo hablo de los adolescentes porque entiendo que los niños pequeños son más imprevisibles y a los adultos les pido mucho más: si les molesta , por favor, que no vayan a dirigirme miradas de desprecio, a criticar mi libertad con su familia o amigos estando yo presente, a cuchichear y reírse mientras me señalan, o a molestarme directamente con su prepotencia y sus insultos. No, en mi territorio no.

     Porque en mi territorio yo sí quiero ver cosas, quiero ver ese tipo de cosas que no se ven con los ojos: quiero ver libertad, educación, respeto y convivencia. Sólo eso. Sólo esas cosas. Cosas bonitas, sin más.

Eladio.

sábado, 6 de julio de 2019

Nada por aquí, nada por allá.



Cuando hablamos de nudismo suelen surgir muchos miedos, desde que es antihigiénico andar desnudo hasta que lo que se busca es provocar. Mónica Quesada Juan nos ayuda a desterrar esos mitos y nos habla de los beneficios del naturismo para mujeres y hombres


Los beneficios de estar desnudos


Imagínate sobre tu toalla, ninguna prenda apretando tu piel, en contacto total con todo lo que te rodea. Oyes a tu alrededor el murmullo del agua y pensar en su contacto con tu piel hace que un escalofrío de placer recorra tu cuerpo. Levantas la vista y observas con alegría como cualquier cuerpo, vivido en su plenitud, es bello.

Ahora vuelve a imaginarte la misma situación sólo que con un “pequeño” cambio: llevas bañador, lo que equivale a que a veces te aprieta, si está húmedo es muy incómodo y cuidando que no se vea nada “indebido” fuera de él. En resumen, un engorro.



Cuando hablamos de nudismo suelen surgir muchos miedos, desde que es antihigiénico andar desnudo hasta que lo que se busca es provocar. Pero parémonos a pensar un momento: hablando de higiene, ¿no será más antihigiénico (e incómodo) andar con una prenda mojada? Es más, por regla general, en zonas naturistas se suele usar toallas o telas para sentarse en sitios compartidos, tanto por salud propia como por ajena.

Por otro lado, encontramos el argumento de que las personas que realizan nudismo lo hacen para exhibirse y provocar. Si alguien se quiere exhibir, lo puede hacer de muchas maneras; desnudarse es una de ellas, pero ni mucho menos la única. Y por supuesto que habrá mucha gente que lo haga por ese motivo; al igual que habrá muchísima gente que lo haga porque está más a gusto así, en contacto con su propio cuerpo sin telas de por medio.



Y así llegamos a la razón que más incondicionales suele tener: la gente que hace nudismo es porque quiere provocar. Eludir la responsabilidad es una costumbre que da lugar a muchos errores. Un cuerpo desnudo, por sí solo, no provoca. Tiene que haber, necesariamente, unos ojos que miren y que reaccionen a esa escena. Y cuando hablamos de provocar, algunas personas se creen con el derecho de opinar sobre ello. Si partimos de la base de la responsabilidad, de la que hablamos antes, esto último pierde sentido. Por ejemplo, imagínate que a mí me gustan los helados. Y con este calor, me gustan aún más. Y, andando por la calle, veo a alguien con un helado gigante de tres sabores. Si actúo como decíamos antes, tengo derecho a:

– Quitárselo o darle un lametón, porque es culpa SUYA que a mí me guste el helado.

– Pegarle cuatro gritos y decirle que se vaya inmediatamente de mi vista, que a mí me provoca su helado.

Curiosa escena, ¿verdad?




Y lo que más curioso me resulta es la idea de que practicar nudismo atenta directamente contra nuestra autoestima. Por un lado, algunos hombres temen entrar en comparación genital con otros y salir malparados; y las mujeres temen no tener el cuerpo correcto para mostrar. Pero el mayor problema que hay en estas ideas es que el foco de atención es totalmente externo. Si movemos dicho foco desde lo que pensarán los demás a cómo me siento yo, apostaría todo mi reino sin temor a perderlo a que todo el mundo sería nudista.

Pero si aún así quieres mantener el foco fuera, te darás cuenta que sus cristales están totalmente distorsionados por nuestra cultura: tanto hombres como mujeres, al entrar en terrenos libres de textiles, observan cómo aquello que pensaban que iba a desentonar es uno más de tantos; de hecho, lo que es menos habitual es la imagen corporal que vemos en los medios. Así pues, todas esas dudas se disipan y la autoestima es más probable que aumente. 




Ya lo dice Paul Fussell: “un corto tiempo en playas naturistas persuadirá a la mayoría de las mujeres de que su busto y su cadera no son ‘anormales’ como ellas piensan cuando están solas, espantadas por el espejo, sino totalmente naturales. Las anormales pasan a ser las criaturas inexistentes representadas en la pintura y la escultura. Lo mismo ocurre con el hombre: si piensa que la naturaleza ha sido injusta con usted en el reparto de anatomía sexual, pase algún tiempo entre naturistas. Aprenderá que todos los hombres se ven más o menos igual, y que los ‘atributos heroicos’ son deformidades”.

Y, por supuesto, uno de los mayores temores masculinos es que se produzca una erección. Es curioso como en una sociedad hipersexualizada se castiga cualquier manifestación corporal. La erección del pene es natural, así como la erección de los pezones. Si se produce, la opción es vivirla como lo que es, algo natural, no hay que hacer nada con ella, no hay que manejarla. Vívela sin más.




Lo que está claro es que el nudismo, ante todo, provoca una liberación mental y corporal. Te ayuda a entrar en contacto contigo, a aceptarte tal y como eres. Es más, en zonas nudistas desaparecen las exigencias del canon de belleza, todos los cuerpos son bellos porque son libres. Dan igual los tamaños, los pesos y las edades: todos los cuerpos encuentran la belleza que da la libertad. La ropa no hace más que deformar lo que es natural. La satisfacción de no tener que tapar lo que es tuyo es placer en estado puro.

Y ya lo decía RuPaul: Nacemos desnudos, el resto es travestismo.




Fuente:
https://www.pikaramagazine.com/2011/08/nada-por-aqui-nada-por-alli-afinando-el-organo/

miércoles, 26 de junio de 2019

Ciclonudista de Madrid


El pasado día 8 de junio los autores de este blog junto a un par de amigos más, decidimos estar en Madrid para poder participar de la decimosexta edición de la marcha ciclonudista.
Era algo que nos llamaba la atención a todos y desde hace años teníamos esa espinita de poder participar algún día, así que después de organizarnos y con los nervios a flor de piel, fuimos llegando desde Salamanca, Málaga, Jerez y Sevilla.




Por más que los cinco somos nudistas desde siempre y hemos disfrutado desnudos en infinidad de escenarios diferentes, nunca lo habíamos hecho en pleno centro de Madrid, un sábado y a hora punta. Era nuestra “primera vez”.

La toma de contacto con otros ciclistas fue en Cibeles y allí ya se respiraba el ambiente de nervios y curiosidad por lo que estaba a punto de suceder. Alguien de los organizadores nos indicó que deberíamos acercarnos al Retiro para quitarnos la ropa y desde allí iniciar la marcha que comenzaría dando varias vueltas a la fuente de la diosa, tan fresquita ella, rodeada de surtidores de agua. Cuando dan la voz de ¡Comenzamos! Ya los nervios se notaban en nuestras caras. ¿Dónde nos hemos metido?

Lo cierto es que después de unos cientos de metros y ya lanzados a transitar por la Gran Vía madrileña, yo me había olvidado ya que iba desnudo, la sensación era la de un turista más, paseando por esa bulliciosa ciudad y disfrutando de la compañía de tantos otros que iban tan a gusto como yo.
El trayecto fue un poco anárquico, nada organizado, “Por donde vaya fluyendo” Nos dijeron.
Y fluyó de tal manera que pedaleando recorrimos toda la Gran Vía, calle Génova, Plaza de Colón, Serrano, Alcalá, calle Mayor, Bailén y hasta un paseo por la mismísima plaza de Oriente. No sé cuántos kilómetros ni cuánto tiempo, pero todo acabó en un estupendo picnic en un soleado y tranquilo parque donde poder hacer una primera evaluación de lo sucedido con los demás participantes.

Mi experiencia, altamente positiva. La acogida de la gente estupenda, recordemos que el objetivo de la marcha era concientizar a la sociedad lo desprotegidos que van los ciclistas frente al abrumador tráfico de Madrid. Muy pocas voces escandalizadas pude escuchar, y digo pocas contando solo con los dedos de una mano. En general caras de sorpresa, apoyo, risas y aplausos es lo que me llevo de ese sábado por la mañana junto a mis amigos. No creo que vaya a repetir, al menos en esta ciudad, pero fue una experiencia bonita donde también hemos estado presentes distintas asociaciones y blogueros, desnudos, siempre desnudos y disfrutando de esa desnudez.

Quique.


--- --- --- 


"Desnudos frente al tráfico" es el lema con el que nos montamos en la bici para pedalear durante algo más de dos horas por Madrid. Y "desnudos ante la vida" es el lema que nos une a este grupo de cinco amigos (y unos cuantos más que no nos pudieron acompañar) desde hace unos cuantos años ya. Si con alguien deseaba intensamente vivir esta experiencia era con ellos: mis amigos nudistas, compañeros de vida.

¡Con nuestro blog a todas partes!
Porque una cosa es pensar cómo va a ser y otra vivirlo, es realmente una de las experiencias de mayor impacto que he vivido desde que hago nudismo hace ya tantos años que casi ni me acuerdo. A mí no se me olvidó tan rápidamente que iba desnudo por la capital de España, sobre todo por la cantidad de personas que nos apuntaban con sus móviles a cada paso, como si lo nuestro fuera algo extraño y lo suyo, aferrados a su móvil para inmortalizar la anécdota y poderlo compartir en tiempo real a saber con cuántas personas, fuera lo normal.

Es cierto que la mayoría se limitaba a mirar y no decía nada, aunque algunas personas nos animaban (muy de agradecer) y algunas otras nos mostraban su rechazo de forma directa y bastante hostil. Quizá no fueron muchas, es cierto, pero no podemos olvidar que si generamos rechazo no fue por reivindicar una ciudad más amable con las bicicletas, sino porque lo hacíamos desnudos. El desnudo hoy en día sigue generando controversia, cuando no rechazo frontal y directo.

¿Chucky sin cabeza haciéndome una foto a mí?
En un determinado momento se me ocurrió que si yo sacaba mi móvil y comenzaba a hacerles fotos a ellos, los espectadores de nuestra sencilla manifestación, tan sencilla que ni ropa llevábamos, podría divertirme al ver su reacción. Y efectivamente, porque las caras de sorpresa se alternaron con sonrisas y caras divertidas. Incluso Chucky decidió quitarse la máscara y guardar en su teléfono instantáneas de la ciclonudista... pero yo fui rápido y lo inmortalicé para siempre jamás con su verdadera identidad. Curioso, cuanto menos.

Por lo demás la jornada pasó de forma entre agradable y divertida, conociendo a personas interesantes y compartiendo charlas en la forma que más nos gusta: naturales, sin disfraz.

En definitiva ¿una experiencia para repetir? El caso es que no me lo planteo, yo soy más nudista que aficionado a montar en bici, así que una vez vivida la decimosexta edición, creo que dejaré que sean los auténticos ciclistas quienes reivindiquen a su manera el tipo de relación que quieren tener con los otros como vehículo ecológico. Yo me quedo con el recuerdo de un día magnífico con amigos y prometo que usaré más la bici. De hecho, ya lo estoy haciendo. Es un buen inicio ¿no creéis?

Eladio.

--- --- ---

Cuando el nudismo forma algo tan importante en tu vida, el tiempo hace que vayas abriendo el campo a otras situaciones en las que poder disfrutar desnudo y una de las actividades que más me llamaban la atención era ver como en muchos lugares del mundo se celebraban ciclonudistas, en un ambiente festivo y acogedor. 

Un grupo de amigos habíamos hablado muchas veces de que nos gustaría participar en alguna de ellas, y este año parece que los astros se alinearon y propiciaron que pudiéramos coincidir y participar en la ciclonudista de Madrid. Pensar en poder pasear todos juntos y desnudos por el centro de Madrid me infundía un gran subidón.




Una vez reunidos y recogidas las bicicletas, nos dirigimos hacia Cibeles, punto de encuentro de todos los participantes. Al llegar no vimos demasiada gente, pero por el contrario si había bastantes micrófonos y algunas cámaras. Esto en un principio a mí me amedrentó, pues una cosa es desnudarte y disfrutar de forma discreta de esta desnudez, y otra estar en primer plano de las cámaras, micrófonos y móviles.

Llegado el momento, empezamos a circular, en principio vestidos, para dirigirnos a otro lugar un poco más discreto e “íntimo” donde nos desnudamos para empezar la ciclonudista como tal. Allí ya éramos un grupo bastante más numeroso y me sentí un poco más tranquilo. 

Sin embargo, cuando empezamos a circular por las calles céntricas de Madrid, un sábado en plena celebración de la Feria del Libro, lleno de turistas además de los numerosos habitantes de Madrid y nos convertimos de nuevo en el punto de mira de todos ellos, volví a sentir una sensación de intimidación.




Poco a poco me fui acostumbrando a esta situación, y aunque para mí era lo menos agradable de la experiencia, mi ánimo se fue normalizando, en parte porque te vas adaptando a la situación, pero, sobre todo, porque estaba rodeado de amigos y entre todos íbamos comentando y compartiendo nuestras vivencias, y empecé a disfrutar realmente de esta ciclonudista

Fueron más de dos horas y media transitando desnudos por Madrid que me generaron sentimientos ambivalentes, por un lado, la intimidación de sentirte observado, fotografiado y comentado, pero por otro, mucho más importante, disfrutando de las principales calles y monumentos de Madrid y ver que lo haces como más te gusta, ¡al desnudo!




Mi experiencia ha sido muy enriquecedora y me alegro de haberla realizado. Es cierto que, aunque recibimos algunos comentarios bastante negativos (desde llamarnos guarros hasta que “somos escoria”), la mayoría fueron aplausos y comentarios de apoyo entre muchas caras de alegría y otras de asombro y de incredulidad.

Aprovechamos la ocasión para, además de apoyar el uso de la bicicleta y de los ciclistas que se encuentran “desnudos ante el tráfico”, promocionar esta filosofía de vida nudista, poniendo en nuestras bicicletas carteles del blog y de dos asociaciones, DxN y la AAPNC, que luchan a diario por el nudismo. ¡Y también tuvimos el gusto de conocer a SNEM!




En definitiva, magnífica experiencia vivida, en gran parte gracias a que estuve rodeado de mis amigos y no descarto que los astros se vuelvan a alinear de nuevo y nos permita poder revivirla en otros lugares de amplia tradición ciclonudista, como Brighton, Londres, París o Bruselas. ¿Nos apuntamos?

Nakedu